Miles de personas en Sierra Leona que perdieron sus hogares a raíz de una avalancha de tierra que mató al menos a 400 personas necesitan comida, abrigo y atención médica con urgencia, dijeron ayer agencias mientras intentaban prevenir brotes de enfermedades graves como cólera y tifus.

La ladera de una montaña colapsó el lunes por la mañana en Regent, a las afueras de la capital Freetown, arrasando más de mil viviendas cuando la gente aún dormía, en uno de los deslaves más mortales que ha habido en África en décadas. Equipos de rescate han encontrado cerca de 400 cadáveres, dijo el médico jefe de Freetown, Seneh Dumbuya, quien explicó que esperaba que fueran más de 500 en la medida en que siguiera la búsqueda.

Entre las víctimas fatales hay más de 100 niños. También fallecieron un colaborador de Save the Children, junto con sus dos hijos. “Estimamos que al menos 3 mil personas están sin hogar. Necesitan refugios, asistencia médica y comida”, declaró por teléfono el portavoz de la Cruz Roja, Abu Bakarr Tarawallie. Se estima que otras 600 personas están desaparecidas, de acuerdo con esa institución.

“También estamos preocupados por un brote de enfermedades como cólera y tifus”, dijo Tarawallie a Reuters. “Esperamos que esto no suceda”.

Las aguas contaminadas y estancadas a menudo son focos de enfermedades mortales como cólera y diarreas después de que ocurren inundaciones. Las torrenciales avalanchas también destruyeron varios edificios y cubrieron numerosas viviendas en las áreas bajas de Freetown.

Stéphane Dujarric, portavoz de Naciones Unidas, señaló que el organismo está evaluando la ayuda que necesita el país africano.

“Están ayudando a las autoridades nacionales en las operaciones de rescate, evacuando a los habitantes, proporcionando asistencia médica a los heridos, registrando a los supervivientes y dando comida, agua y productos de primera necesidad a las víctimas”, detalló Dujarric.

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