París.— Miles de estudiantes franceses bloquearon ayer 450 institutos en todo el país, 60 de ellos de forma total, en una nueva jornada de protesta contra las últimas medidas educativas anunciadas por el presidente, Emmanuel Macron, según confirmó el Ministerio de Educación.

Se trata de unas cifras similares a las del pasado viernes, en que fueron alrededor de 400 los institutos afectados por las movilizaciones, 50 de ellos completamente bloqueados.

El sindicato de estudiantes de instituto UNL-SD cifró en decenas de miles los alumnos que se sumaron al “martes negro”, que la organización calificó como la protesta “más grande desde el inicio de las movilizaciones” el pasado 3 de diciembre.

Los alumnos piden dar marcha atrás a la reforma de la prueba final de bachillerato y del sistema de acceso a la universidad, previstas para 2021, así como la supresión del servicio nacional universal que pretende poner en marcha Macron y la gratuidad del transporte y del material escolar.

Las movilizaciones del “martes negro” tienen lugar pocos días después de la detención de más de un centenar de jóvenes, supuestamente implicados en protestas, en un liceo en Mantes la Jolie, a 50 kilómetros de París, y que fueron obligados a arrodillarse por la policía.

El sindicato UNL-SD exhortó a los manifestantes protestar de rodillas y con las manos detrás de la cabeza en solidaridad con el centro.

En tanto, en la cuarta semana de protestas, los chalecos amarillos —aunque menos numerosos— proseguían sus operaciones de bloqueo y manifestaciones en las carreteras y rotondas de Francia, puesto que las concesiones anunciadas el lunes por Macron no convencieron al movimiento, que podría volver a manifestarse el sábado.

Entre otras medidas, Macron anunció un aumento del salario mínimo, la anulación de un nuevo impuesto para los jubilados con pequeñas pensiones y la exención de impuestos y contribuciones sociales a las horas extraordinarias.

El premier Édouard Philippe defendió ayer ante los diputados las medidas, calificándolas de “masivas”, mientras que los partidos de izquierda en el Parlamento francés presentaron una moción de censura contra el gobierno por su gestión de la crisis de los chalecos amarillos y para hacer escuchar sus propias propuestas.

“El vínculo de confianza entre nuestra población y el gobierno está roto y no vemos ninguna posibilidad de que este último retome esta relación”, indica el texto, apoyado por socialistas, comunistas y La Francia Insumisa, quienes consideraron que es su deber “encontrar una salida política a la crisis actual y mostrar que existe otra vía”.

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