Washington.—
La misión permanente del gobierno mexicano ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) presentó una propuesta de declaración conjunta para condenar el ataque terrorista del pasado 3 de agosto en El Paso (Texas) en el que un supremacista blanco mató a 22 personas, entre ellas ocho mexicanos.

La propuesta, que tiene fecha del 20 de agosto, pide que el Consejo Permanente de la OEA declare “su más fuerte condena al ataque terrorista ocurrido en la ciudad de El Paso, Texas, el 3 de agosto de 2019”.

El proyecto, que hoy será analizado por el Consejo Permanente, incluye una “condena y rechazo a la discriminación racial y los crímenes motivados por el odio, el racismo, la xenofobia e intolerancia, incluyendo el discurso de superioridad racial, en donde quiera que éstos ocurran”, al aludir a los supuestos motivos que llevaron a Patrick Crusius, de 21 años, a entrar al Walmart cercano al centro comercial de Cielo Vista y disparar a discreción como “respuesta a la invasión hispana de Texas”, como expuso en un manifiesto en internet.

Más tarde, Crusius diría a la policía que su objetivo era matar tantos “mexicanos” como fuera posible.

En la declaración se insta a los Estados miembros de la OEA a asumir un “firme compromiso para adoptar todas las medidas necesarias, a fin de combatir todas las formas de discriminación, intolerancia y xenofobia; y prevenir, investigar, procesar y en su caso castigar los delitos perpetrados con esas motivaciones”.

El documento, titulado Declaración de condena al ataque terrorista perpetrado en la ciudad de El Paso, Texas, Estados Unidos de América, el 3 de agosto de 2019, expresa las “más sentidas condolencias” a todas las víctimas del tiroteo.

A consulta de EL UNIVERSAL sobre el texto, la misión mexicana se limitó a responder: “Sin comentarios”. Sin embargo, la representante permanente de México ante la OEA, Luz Elena Baños Rivas, tuiteó anoche un video en el que subrayó: “México se ha distinguido por la protección de sus mexicanos en el exterior como pilar fundamental de su política exterior. La OEA es el principal foro político del hemisferio y tiene un engranaje jurídico fuerte para hacer una condena ante los hechos acontecidos”.

México, enfatizó, “no acepta que sus connacionales sean perseguidos, lastimados y victimados por su procedencia, su cultura o el color de su piel. México rechaza enérgicamente cualquier tipo de terrorismo basado en el racismo, en la intolerancia o en la supremacía racial”.

El gobierno mexicano lidera acciones diplomáticas para que el caso sea un ejemplo de los crímenes de odio contra mexicanos y otras comunidades hispanas en Estados Unidos. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, expresó hace un par de semanas el interés del país en que el tiroteo de El Paso sea considerado “como lo que es, un acto de terrorismo para cegar las vidas de mexicanos... Debe haber consecuencias proporcionales a la magnitud de esto”.

Las reuniones entre ambos gobiernos por este asunto se siguen produciendo al máximo nivel, con el objetivo principal de que el ataque se juzgue como un crimen de odio, “que se tipifique como tal”. Las autoridades mexicanas están trabajando también para ver cómo manejar una posible compensación a las víctimas, que sólo se produciría si se procesa bajo jurisdicción federal y no del estado de Texas. Asimismo, se evalúa la posibilidad de solicitar la extradición de Crusius.

México presentó una nota diplomática al gobierno estadounidense expresando la “condena y rechazo absoluto por la matanza perpetrada contra mexicanos” y solicitando la colaboración entre autoridades de ambos países en materia de “asistencia jurídica internacional”. Asimismo, busca establecer si hay más personas o grupos implicados.


***Con información de agencias

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