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Washington.- "No quiero que vuelva a suceder", imploró el miércoles al Congreso de Estados Unidos una niña de 11 años, sobreviviente del tiroteo en la escuela primaria de Texas hace dos semanas.
Miah Cerrillo
, quien describió cómo se untó con la sangre de una compañera asesinada para que el joven de 18 años que abrió fuego en su salón de clases pensara que ella también estaba muerta, dijo que ya no se sentía segura en la escuela, durante una audiencia sobre la regulación de armas de fuego en Estados Unidos .
Cerrillo, una alumna de cuarto grado de la Escuela Primaria Robb en Uvalde , Texas , relató su terrible experiencia cuando 19 de sus compañeros de clase y dos maestras fueron baleados el 24 de mayo en un salón de clases.
En un video pregrabado, Cerillo contó que estaban en clase cuando su maestra recibió un correo y corrió a la puerta para asegurarla. Allí vio al atacante y les dijo a los alumnos: “Escóndanse”.
Todos se ocultaron tras el escritorio de la maestra, usando sus mochilas. Pero Salvador Ramos, de 18 años, disparó contra la ventana de la puerta, logró entrar e inició la matanza.
“Le dijo a mi maestra ‘buenas noches’ y le disparó en la cabeza”. Luego, el atacante mató a su amiga. Miah tomó el celular de su maestra y llamó al 911 para pedir a la policía que les ayudara. Horrorizada por lo que estaba viendo, se untó sangre de su amiga y eso le salvó la vida, aunque la niña sufrió una herida en la espalda por fragmentos de bala.
En la sala del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, estaba su padre, Miguel Cerillo. Con la voz cortada por el llanto dijo que desde el tiroteo, Miah ya no es la misma. “Vine porque pude haber perdido a mi pequeña niña”, aseguró. La pequeña sufre pesadillas.
Cerillo pidió que haya cambios en la ley sobre el uso de armas porque para él, "las escuelas ya no son sitios seguros".

Foto: AFP
agv
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