Bajo la bandera de “America First”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició en 2017, y continuará en 2018, reduciendo la presencia de su país en el mundo. Paradójicamente, la política del presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, va en sentido contrario en Asia y en el mundo. El rol de Estados Unidos en distintos escenarios internacionales disminuye, al tiempo que alienta conflictos y enciende fuegos apagados lo mismo en Asia que en Medio Oriente.

No deja de ser contradictorio que en 2018, EU se haya convertido en un país proteccionista, mientras China avanza como el más grande actor del libre comercio, es líder en el desarrollo de nuevas tecnologías verdes no contaminantes y ha logrado un mayor peso en temas globales. En 2018 se acelerará la dinámica: Trump enfrenta y destruye alianzas, mientras China avanza, busca aliados, invierte y apoya a las Naciones Unidas. Estados Unidos se repliega.

En 2018 crecerá la imagen y el peso negativo de EU. Trump inició su gobierno con la cancelación de su participación en el Trans-Pacific Partnership (TPP), ¿quién ocupará el espacio vacío? Obvio, China con un trabajo serio y con perspectivas de corto-mediano y largo plazo.

El TLCAN sufre también los embates con una negociación-intento de imposición, a paso lento se discuten cambios inaceptables para México y Canadá.

En 2018, la Casa Blanca de Trump continuará encendiendo fuegos. En Medio Oriente se ha involucrado en conflictos cuya dinámica ni conoce ni controla; amenaza con romper el pacto internacional firmado por varios países con Irán que había venido cumpliendo al mantener su programa nuclear para fines pacíficos.

La pregunta para 2018 es si Trump, que rompe una relación que costó mucho construir, está creando las condiciones para que Irán se convierta en una nueva potencia nuclear en Medio Oriente. Israel no lo permitiría y estaría dispuesto a utilizar sus armas nucleares. La Casa Blanca se alió con Arabia Saudita, que comprará un arsenal de armas estadounidenses. EU apoya al príncipe Salman contra Irán, Yemen y otros países.

En 2018, cancelado el diálogo de paz, continuará el enfrentamiento Israel-Palestina. Con la decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, Trump desencadenó otro conflicto que ha llevado a enfrentamientos armados en los que el ejército israelí tiene siempre la superioridad militar frente a los palestlinos.

La decisión del gobierno de EU canceló la posibilidad del diálogo y el camino de la diplomacia, abrió el de las armas, amenazó a los países miembros de la ONU si votaban en contra, amaga con disminución o retiro de financiamiento. Incapaz de convencer, sustituye la diplomacia por las amenazas. No pudo avanzar en Naciones Unidas el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, que rechazó en el Consejo de Seguridad y la Asamblea General.

Cincuenta y siete naciones musulmanas del Consejo de Países Islámicos rechazaron la decisión de Trump y llamaron al mundo a reconocer a Jerusalén Este como la capital del Estado Palestino. A la amenaza de retirar el financiamiento de EU el presidente de Palestina respondió que Jerusalén es su capital eterna y no está en venta por oro o por millones.

En 2018, la OTAN y la Unión Europea avanzarán por su cuenta. Trump ya no es un factor en las decisiones políticas. En el primer año del nuevo gobierno, EU ha perdido presencia y liderazgo entre los países europeos que han sido sus socios desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, está debilitado en la OTAN, y frente a la Unión Europea.

Las políticas de Washington pierden peso en Naciones Unidas tanto en el Consejo de Seguridad como en la Asamblea General. Trump sacó a EU del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, aún siendo el segundo país con más emisiones de CO2. En este campo también quedó fuera y aislado del resto del mundo, mientras los estados y ciudades más importantes de Estados Unidos se han comprometido a trabajar a favor de la desaceleración del cambio climático y del desarrollo de tecnologías verdes para sustituir combustibles fósiles, el petróleo y el carbón en primer lugar. Trump continuará impulsando la explotación y utilización de combustibles fósiles.

En 2018 continuarán las mayores y más peligrosas crisis para el planeta: una eventual guerra nuclear Norcorea-Estados Unidos y el cambio climático. Son catástrofes planetarias posibles las dos crisis globales que podrían acabar con la vida en el mundo tal como la conocemos.

Diversos especialistas en temas nucleares, a través del Bulletin of Atomic Scientists han advertido de manera que el mundo se encuentra al borde de una catástrofe nuclear por Donald Trump y Kim Jong-un, dos líderes igualmente impulsivos.

En 2018, Corea del Norte muestra el camino de la diplomacia. Al iniciar el año, Kim Jong-un toma una iniciativa de diálogo con Corea del Sur en relación con la participación de atletas de Corea del Norte en los juegos olímpicos de invierno a desarrollarse en Corea del Sur. El presidente Moon Jae-in aceptó de inmediato, China apoyó y lo ve como oportunidad para mejorar las relaciones mutuas. Trump rechazó.

Los dos países vecinos acordaron dialogar el próximo martes 9. Por iniciativa de Kim se abrió la única línea telefónica directa entre los dos países ubicada en la frontera entre ambos. La interrogante para 2018 es si esto podría abrir el camino de la diplomacia. Por lo pronto, a Trump no le gustó la respuesta abierta al diálogo del presidente de Corea del Sur e insistió en que Corea del Norte renuncie a las armas nucleares. ¿Cuándo? Nunca.

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