Las elecciones nacionales de Italia no produjeron un ganador con una mayoría clara ayer.

El antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga Norte de centroderecha lograron fuertes avances, aunque sin conseguir el 40% necesario para gobernar, de acuerdo con las primeras proyecciones difundidas anoche.

Se espera que el resultado produzca temor en Bruselas, al representar un respaldo a fuerzas euroescépticas y populistas en la tercera mayor economía de la eurozona, en un momento en que la Unión Europea (UE) intenta embarcarse en importantes reformas políticas y económicas.

“Si los resultados se confirman, será un triunfo para el Movimiento 5 Estrellas”, declaró anoche Alessandro Di Battista, uno de los más conocidos líderes del M5S, en conferencia de prensa en Roma. “Ahora todos deben hablar con nosotros [para formar gobierno]”, añadió. En cualquier caso, no está claro qué tipo de administración podría tener Italia.

El M5S debería superar su tradicional reticencia a aliarse con otros partidos y mirar hacia socios de derecha e izquierda. Entretanto, los pobres resultados para los centristas implican que una gran coalición proUE es improbable.

Según una proyección difundida por el canal de noticias La7 para el Senado, el movimiento fundado por Beppe Grillo llega a la Cámara Alta, el Senado, con 33.6% como el partido individual más votado, mientras que la coalición de centroderecha se sitúa en 36.5%.

Además, la Liga sería la fuerza dominante dentro del bloque conservador, con 17.4% del apoyo, en comparación con 14.1% de Forza Italia, el partido de centroderecha del ex primer ministro, Silvio Berlusconi.

El bloque de centroizquierda obtendría solamente un modesto 22.8%, incluyendo 18.3% del gobernante Partido Demócratico (PD) del ex primer ministro Matteo Renzi, mientras que el partido de izquierda Libres e Iguales reuniría 3.3%, según los pronósticos.

“Si estos resultados se confirman, será una derrota para nosotros”, dijo a la RAI el portavoz del PD, Ettore Rosato. “Nos trasladaríamos a la oposición”, aseveró, descartando cualquier perspectiva de coalición con el M5S o la centroderecha.

Wolfango Piccoli, copresidente de la consultora política Teneo Intelligence, se refirió a Berlusconi y a Renzi como los principales perdedores de la noche electoral, y sugirió en Twitter que el M5S y la Liga podrían conformar un gobierno.

Matteo Salvini, líder de la Liga, aseguró durante la campaña que asumiría el liderazgo de la coalición conservadora si su partido se imponía sobre sus aliados. Su principal promesa de campaña fue impulsar masivas expulsiones de inmigrantes ilegales y eliminar reformas de pensiones respaldadas por la UE.

Hacia las 19:00 horas, alrededor de 58% de los 46 millones de votantes habían emitido su sufragio. YouTrend, un blog político, esperaba que esta cifra ascendiera hasta 67%-71%, por debajo de 75% alcanzado en las elecciones de 2013.

Berlusconi fue recibido en su nativa Milán por una activista con el torso desnudo cuando acudió a emitir su voto. “Berlusconi, estás acabado”, rezaba el mensaje que la mujer, que se había subido a una mesa en el local de votación en Milán, llevaba pintado en el torso.

También estaban convocadas elecciones regionales en Lombardía y Lazio, que incluyen Milán y Roma. Se esperaba que Attilio Fontana fuera el ganador en la primera, mientras que se aguardaba la reelección de Nicola Zingaretti en la segunda. DPA

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