El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, reclamó ayer que la oposición venezolana se reorganice, resuelva sus “contradicciones”, haga autocrítica y se “depure” para saber quiénes son sus miembros de verdad y se una para plantar cara al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Si la oposición no es capaz de una estrategia atinada, puede tener la mayoría, pero dará “saltos en el vacío”, alertó el opositor en comparecencia de prensa en Madrid, a donde arribó el sábado tras fugarse de prisión domiciliaria en Venezuela.

El alcalde negó que huyera a un “exilio dorado”, sino que es un “perseguido que se liberó” para trabajar y recorrer el mundo “sin tregua”, y denunciar la “terrible tiranía” de Maduro, ya que la crisis política, social y económica de Venezuela es “inimaginable”.

Ledezma planea reunirse con el secretario general de la Organización de Estados americanos (OEA), Luis Almagro, parlamentarios de Estados Unidos y realizar una gira por Sudamérica. En España, quiere que se constituyan lo que él llama “anfitriones del exilio” en casa de venezolanos que residen en ese país.

“Prepárate, Maduro, porque vas a vas a oír roncar los motores de la oposición (...) y la verdad”, enfatizó.

Señaló que ahora puede ser más útil en España, pero no podrá sentirse libre mientras no salgan los “presos políticos” de la cárcel, ya que “todos corren peligro”, y se deje de acosar a medios de comunicación, empresas y ciudadanos.

También se dirigió a la Unión Europea (UE): “No nos dejen solos y sigan sancionando a los narcotraficantes”, pidió en referencia al gobierno de Maduro. La comunidad internacional tiene que “detenerlos y procesarlos”, destacó.

Explicó que algunos guardias nacionales “colaboraron” espontáneamente en su salida de Venezuela y que decidió irse porque le llegó la información de que iba a ser “secuestrado”, en alusión a las fuerzas de seguridad, pero sin mencionarlas explícitamente, y que se iba a responsabilizar de ello a un “comando paramilitar colombiano”.

“Había la idea de revocar el beneficio de casa por cárcel y llevarme a la tumba. Creo que, encerrado en la tumba (...), yo no soy útil como puedo serlo desde el exilio”, dijo.

Ledezma señaló que no pedirá asilo en España. La idea sería, explicó, encontrar una “figura” jurídica que le permita, desde España, moverse por todo el mundo denunciado los “abusos” en Venezuela, y que su familia esté protegida.

Sobre a la posibilidad de un gobierno de transición con un presidente en el exilio, respondió: “Yo no hablo de fantasías”. Piensa más bien en uno de transición de unidad nacional y concentración en Venezuela.

“Primero hay que reconocernos unos a otros. El chavismo es parte de Venezuela con sus pecados y equivocaciones, pero existe”, apuntó, a la vez que aseguró que la oposición no ha ganado nada en la “parodia” de diálogo con el gobierno, “sino más muertos, más presos y persecución”.

Al respecto, la plataforma Soy Venezuela, de la que forma parte Ledezma exigió ayer la disolución de la Asamblea Nacional Constituyente instaurada por el oficialismo como condición para dialogar con el gobierno.

Exige para volver a sentarse a negociar con el gobierno de Maduro “el cese inmediato de la Asamblea Nacional Constituyente” y que sean “declarados nulos todos sus actos”.

Soy Venezuela se pronunció en contra del nuevo proceso de diálogo de la Mesa de la Unidad Democrática con el gobierno, que tendrá su primera reunión formal el 1 y 2 de diciembre en la República Dominicana.

En tanto, el jefe de la Iglesia católica en Venezuela, monseñor Diego Padrón, señaló: “El diálogo se ha desvalorizado por la desconfianza de la población en sus actores. Nadie le cree al gobierno, porque no garantiza sinceridad, y tampoco muchos le creen a la oposición (...) Hay agendas ocultas”.

Pese a sus críticas, Padrón abogó por el éxito de la nueva tentativa en busca de soluciones a la grave crisis del país.

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