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A razón de la inflación poblacional que afecta a la Patagonia , la güiña ha visto reducido su hábitat en casi un 70% desde 1970 y ahora se encuentra en peligro .
Con un peso aproximado de entre dos y tres kilos , ésta especie de felino , muchas veces estigmatizado por los pobladores aledaños a su hábitat, es el segundo felino más pequeño del mundo , comparable su peso y talla con un gato doméstico promedio.
Su atigrada piel es identificable por tener pequeñas motas de color oscuro, mientras que su cola, la cual puede medir hasta 20 centímetros, se caracteriza de entre todos los demás felinos por no concluir en punta, sino, en una pequeña bola.
Si bien, su población aún oscila entre los 10,000 ejemplares salvajes, expertos de la Universidad de Kent , en Inglaterra , informan que su alta adaptabilidad a pesar de la volativilidad de su entorno, se debe a que esta especie es sumamente “apta” para realizar los ajustes necesarios para su supervivencia . Sin embargo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) , incluyó a la güiña en su lista roja, bajo la categoría de vulnerable desde el año 1996 .
Debido a su naturaleza, la güiña suele ser vista en entornos humanos rurales, donde -por ser carnívoro- los granjeros, ganaderos y habitantes de éstas zonas, ven a la especie como “una plaga” . A pesar de eso, y según un estudio publicado por la Journal of Applied Ecology (Revista de ecología aplicada) , solo el 10% de los habitantes que han tenido contacto con el felino ha realizado acciones mortales contra los ejemplares.
El estudio, liderado por Nicolás Gálvez , agrónomo especialista en ciencias animales, afirma que sí bien los asentamientos populares han degenerado alarmantemente el hábitat del también llamado “pequeño tigre” , los mismos asentamientos agropecuarios en las zonas rurales, podrían ser la clave para la conservación de dicha especie.
Esto sugiere que la persecución es mucho menor factor de riesgo que la eventual pérdida de granjas para construir residencias. Según el mismo estudio, se debe tomar como punto de partida en busca de la salvación de la güiña a los propietarios de grandes terrrenos y granjas, ya que, sus territorios comprenden fuentes de vivienda y alimentación para esta especie.
Desconocido para muchos el Leopardus Guigna es un felino que habita zonas parcialmente boscosas y zonas de espesos matorrales.
Con información de agencias.
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