Palu.— Voluntarios indonesios empezaron ayer a enterrar en una inmensa fosa común los cuerpos de las víctimas del sismo y el tsunami que golpearon la isla de Célebes, donde la ONU estima que 191 mil personas necesitan ayuda humanitaria urgente.

La catástrofe causó al menos 878 muertos y 59 mil desplazados, según el más reciente balance oficial de la Agencia de Gestión de Desastres y el gobierno. Las autoridades temen que el balance final sea mucho más alto, pues gran parte de la región afectada sigue siendo inaccesible.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estimó, por su parte, que 191 mil personas necesitan ayuda humanitaria urgente.

El presidente indonesio, Joko Widodo, autorizó la ayuda internacional de urgencia y las autoridades declararon un estado de emergencia de 14 días para hacer frente a la situación que vive el país.

Decenas de agencias humanitarias y de ONG se ofrecieron para dar asistencia al país, pero el envío de ayuda a la zona resulta complicado porque numerosas carreteras están destruidas y los aeropuertos dañados.

“No tenemos mucha comida. Sólo pudimos tomar lo que teníamos en casa. Y necesitamos agua potable”, declaró Samsinar Zaid Moga, una mujer de 46 años. “Lo más importante son las tiendas [de capaña], porque ha llovido y hay muchos niños aquí”, añadió su hermana, Siti Damra.

Oxfam prevé enviar ayuda para unas 100 mil personas, en especial alimentos instantáneos, equipos de purificación del agua y tiendas, indicó Ancilla Bere, una responsable de esa ONG en Indonesia.

Pero “el acceso es un gran problema”, destacó el director del programa de Save The Children, Tom Howells: “Las organizaciones de ayuda y las autoridades locales se esfuerzan por alcanzar varias comunidades alrededor de Dongala, donde se prevé que habrá grandes daños materiales y posibles pérdidas de vidas humanas a gran escala”, explicó.

La mayoría de las víctimas se registraron en Palu, una ciudad de 350 mil habitantes en la costa occidental de la isla de Célebes, según la Agencia de Gestión de Desastres.

En Poboya, en la colinas que rodean Palu, voluntarios empezaron a enterrar a las víctimas en una gigantesca fosa común, con capacidad para mil 300 cuerpos.

Tres camiones cargados de cadáveres envueltos en bolsas naranjas, amarillas y negras llegaron al lugar. Uno por uno fueron colocados en la fosa y recubiertos con tierra.

En un primer momento, las autoridades agruparon los cuerpos en morgues improvisadas para poder identificarlos, pero ante el riesgo sanitario, decidieron realizar entierros masivos.

Rescatistas indonesios descubrieron los cuerpos de 34 estudiantes de Teología en una iglesia en el sur de la isla de Célebes, anunció hoy una portavoz de la Cruz Roja local: “El equipo [de socorristas] encontró 34 cuerpos en total”, declaró Aulia Arriani.

La responsable precisó que en un primer momento se habían declarado desaparecidos 86 estudiantes que participaban en un retiro religioso en el distrito de Sigi Biromaru, en el norte de la isla.

En los primeros minutos de este martes dos sismos, de magnitud 5.9 y 6, respectivamente, se registraron frente a la isla de Sumba, en el sur de Indonesia, indicó el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), sin que las autoridades informaran inicialmente de víctimas ni emitieran alerta de tsunami.

Sumba está situada a mil 600 kilómetros de las islas Célebes, donde un sismo y un tsunami dejaron el viernes al menos 878 muertos en el sur de Indonesia.

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