Ciudad del Vaticano.— El papa Francisco instó ayer a los líderes políticos y militares de Libia a poner fin a las hostilidades y pidió a la comunidad internacional tomar “en serio” la difícil situación de los migrantes atrapados en la ingobernable nación.

Durante su bendición semanal frente a la plaza de San Pedro, el Pontífice pidió “el fin de la violencia” y un camino hacia la “paz, estabilidad y unidad” en el país.

Dijo que miles de migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos son los “más vulnerables” a las formas de explotación y violencia.

“Hay crueldad”, señaló el Papa, dejando a un lado su discurso preparado. “Todos tenemos la responsabilidad, nadie puede sentirse exento”, agregó.

Los comentarios se produjeron en momentos en que las fuerzas aliadas al gobierno en la capital Trípoli respaldado por Naciones Unidas se preparaban para lanzar un ataque contra las fuerzas rivales lideradas por el comandante militar Jalifa Hafter en la ciudad costera de Sirte, un punto estratégico. Si tienen éxito, podría ayudarlos a capturar campos e instalaciones petroleras en el sur de Libia.

Ese territorio ha estado sumido en disturbios desde 2011, cuando una guerra civil derrocó al dictador Muamar Gaddafi, quien posteriormente fue asesinado. Desde entonces, el país se ha dividido entre gobiernos rivales en el este y oeste, cada uno respaldado por grupos armados y extranjeros.

Las fuerzas de Hafter lanzaron una ofensiva en Trípoli en abril de 2019. El caos en el país rico en petróleo empeoró constantemente a medida que partidarios extranjeros intervienen cada vez más y pese a las promesas de lo contrario en una cumbre de paz en Berlín hace unos meses.

Luego del derrocamiento y muerte de Gaddafi, Libia emergió como un importante punto de tránsito para los migrantes africanos y árabes que huyen de la guerra y pobreza hacia Europa.

En tanto, el gobierno turco anunció que queda pospuesta sin fecha concreta la reunión con los ministros de Defensa y Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov y Serguéi Shoigú, respectivamente, que iba a celebrarse este domingo en Estambul para tratar la guerra civil libia, donde los dos países apoyan a bandos enfrentados.

“La conversación a nivel de ministros se llevará a cabo en una fecha futura”, declaró la dependencia turco en un comunicado que no da más detalles sobre el motivo de la cancelación.

Turquía, que apoya en Libia al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido por las Naciones Unidos, ha insistido en los últimos días en rechazar el alto el fuego propuesto por Egipto recientemente.

Moscú, que respalda al general rebelde Jalifa Hafter, alzado en armas contra el GNA, ha mostrado su apoyo al plan egipcio.

El apoyo turco al Gobierno de Acuerdo Nacional, con asesores militares y mercenarios, ha contribuido a revertir el curso de la guerra en Libia y ha detenido el avance de Hafter sobre Trípoli, donde tiene su sede el Ejecutivo reconocido por Naciones Unidas.

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