El papa Francisco iniciará esta tarde una visita a Perú con un conflicto que arde: los abusos sexuales, físicos y sicológicos cometidos por dirigentes católicos peruanos contra menores de edad y adultos jóvenes de 1975 a 2007 en una organización religiosa de Lima.

El Sumo Pontífice arribará a Lima, según el programa oficial, a las 17:20 horas locales (16:20 en el centro de México). El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, dijo ayer que “el mensaje que trae el Papa lo escucharemos de él mismo, pero es la paz, el diálogo y el entendimiento entre todos”.

En una inspección a las obras que se realizan en la Base Aérea de Las Palmas, de esta capital, para albergar una misa que el Papa oficiará el próximo domingo, el gobernante calculó que un millón y medio de personas acudirán a esa actividad con la que Francisco concluirá su periplo.

Francisco llegará de Chile, donde inició el pasado lunes una visita de tres escalas que concluye hoy, y será recibido por el presidente en la Base Aérea del Grupo 8, en el entorno del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Callao, al oeste de Lima. Tras un recorrido en el papamóvil por avenidas limeñas, arribará a la Nunciatura Apostólica, donde dormirá durante su estadía en Perú.

El Papa viajará mañana a Puerto Maldonado, en el sureste de Perú, capital del departamento de Madre de Dios y cerca de la frontera con Brasil, y luego retornará a Lima. El lío por abusos sexuales atribuidos a religiosos católicos emergió en la visita del Pontífice a Chile, donde pidió perdón y expresó su “dolor y vergüenza”. Unos 80 curas y religiosos de ese país fueron acusados en los últimos 15 años por abusos sexuales a menores y adultos.

Un fenómeno similar golpeó a Perú en el Sodalicio de Vida Cristiana, agrupación católica fundada en este país en 1971, promotora de la evangelización y de la vida en comunidad y con presencia en América. Francisco ordenó el 10 de enero anterior intervenir el Sodalicio al alegar preocupación por informes que existen desde hace varios años sobre esa organización.

En un documento que emitió en febrero de 2017 al presentar una investigación de los hechos, el peruano Alessandro Moroni, superior general del Sodalicio, admitió que los abusos ocurrieron.

Al subrayar que es una “dolorosa información”, Moroni reconoció que cuatro miembros del Sodalicio “habrían cometido abusos sexuales que afectaron a 19 menores de edad y 10 adultos” y que otros cuatro “habrían abusado sexualmente de 7 adultos”.

Los casos fueron denunciados en 2016 ante el Ministerio Público de Perú como lesiones graves, asociación ilícita para delinquir y secuestro. Aunque el proceso quedó archivado en enero de 2017 por falta de pruebas pero sin prescribir, fue reabierto y un fiscal pidió en diciembre pasado imponer nueve meses de prisión preventiva contra cuatro miembros del Sodalicio.

Aparte del trámite judicial, el ardiente conflicto estará vigente en las agitadas jornadas que el Papa desarrollará por unas 72 horas en Perú.

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