Washington.— El fiscal general estadounidense, William Barr, no compareció ayer a una audiencia parlamentaria sobre su gestión del informe de la injerencia rusa en las presidenciales de 2016, indignando a los demócratas, que prometieron seguir luchando.

Barr alegó que no acudiría a su comparecencia ante el Comité de Asuntos Jurídicos de la Cámara Baja por la insistencia del panel de que lo interroguen abogados y legisladores de la comisión. Esa negativa abre la posibilidad de que Barr enfrente una acusación de desacato al Congreso. El presidente de la Comisión, Jerrold Nadler, dijo en la apertura de la sesión que Barr aún tiene “la opción” de enfrentarse o no al presidente Donald Trump, quien ha prometido que luchará contra la supervisión del Congreso.

Barr anunció el miércoles su decisión, luego de que el Departamento de Justicia no cumplió con el plazo de la comisión para proporcionar al panel una versión completa y no expurgada del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y sus pruebas subyacentes. Mientras Barr se negaba a testificar, los demócratas querían hablar con Mueller. Nadler dijo que el panel esperaba que el fiscal especial se presente ante la comisión el 15 de mayo y que el panel estaba “reafirmando la fecha”.

La cancelación del fiscal general significó que él busca evitar otra ronda de interrogatorios después de testificar el miércoles ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado.

La presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, acusó al fiscal de haber “mentido en el Congreso”. “Si cualquier otra persona lo hiciera, sería considerado un delito”, señaló. Una acusación “sin fundamento” e “irresponsable”, reaccionó el fiscal general. Trump destacó que ha sobrevivido a la “caza de brujas” gracias en parte a sus oraciones.

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