Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer nuevas sanciones diseñadas para estrangular todavía más al sector turístico de Cuba, en el marco de su campaña para conquistar a los votantes de origen cubano en el estado clave de Florida.

Trump prohibió que los estadounidenses se alojen en cualquier hotel de Cuba, que compren ahí tabaco o alcohol para traer de vuelta a EU o que viajen a la isla para asistir a conferencias profesionales. “Hoy reafirmamos nuestra férrea solidaridad con el pueblo cubano, y nuestra convicción eterna de que la libertad prevalecerá contra las fuerzas siniestras del comunismo”, dijo Trump durante un acto en la Casa Blanca con una veintena de excombatientes que participaron en la fallida invasión de Cuba de 1961, en la Bahía de Cochinos. Trump precisó que, a partir de ahora, los estadounidenses no podrán alojarse en ningún hotel que Washington haya identificado como “propiedad del gobierno cubano” o figuras afiliadas.

Para implementar la sanción, el Departamento de Estado creó una nueva Lista de Alojamientos Prohibidos, que afecta a 433 hoteles de la isla. Entre ellos se encuentra el hotel Tryp Habana Libre, de la cadena española Meliá, uno de los pocos grandes hoteles que habían quedado exentos de las anteriores sanciones por no estar vinculado al conglomerado militar Gaesa, además de otros operados por Iberostar, Globalia y otras.

Carrie Filipetti, responsable en el Departamento de Estado de EU de la política hacia Cuba y Venezuela, reconoció que no había informado con antelación a España u a otros países europeos “de este cambio en particular”. El objetivo de las sanciones, explicó la funcionaria, es animar a los estadounidenses a quedarse en “casas particulares”, viviendas en donde los cubanos alquilan una habitación o una parte de la casa a los visitantes, a través de plataformas como Airbnb, pero la lista incluye también a numerosas “casas particulares”, porque el Departamento de Estado ha determinado que no eran realmente “independientes” del gobierno, indicó Filipetti.

“Estas medidas buscan privar al régimen cubano de los recursos que usa para oprimir al pueblo cubano y financiar su interferencia en Venezuela”, afirmó el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reaccionó al anuncio en un tuit, en el que tachó de “cruel y criminal” la política de Trump y dijo que la isla “no renunciará a su soberanía”.

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