Ciudad de Panamá

El papa Francisco retornará el próximo martes por séptima vez en su pontificado a su América natal para una visita de seis días y cinco noches a Panamá en la que se topará con uno de los más graves y viejos problemas del catolicismo: los abusos sexuales cometidos por obispos, sacerdotes y otras autoridades religiosas en contra de jóvenes e infantes en varios países americanos.

La visita del Pontífice a un país puente entre el norte y el sur del Hemisferio Occidental y ubicado en la cintura de América, se realizará en medio de la crisis en la Iglesia católica ante los escándalos por abusos sexuales, con casos específicos de creciente turbulencia en México, Estados Unidos, Chile o Perú y en un fenómeno que golpea a casi todo el continente.

Francisco participará del 22 al 27 de este mes en Panamá en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), por lo que el problema tendría un significativo impacto en su visita: los jóvenes fueron y son las principales víctimas de pedofilia —la atracción sexual de un adulto hacia un menor de igual o distinto sexo— y pederastia —relación de un hombre o una mujer con un menor— atribuidos a autoridades religiosas.

El panorama está signado por las dudas acerca de qué y cuánto sabía el Vaticano de esas irregularidades de las que se acusa a hombres de sotana y a jerarcas de organizaciones católicas.

“Es verdad que existe esa realidad y ese problema”, admitió fray Javier Mañas García, delegado del Arzobispado de Panamá para los templos católicos del casco antiguo de la capital panameña, un sector que será recorrido por el Sumo Pontífice.

“Es un proceso en el que no hay indiferencia por parte de la Iglesia. Por el contrario, hay sufrimiento y dolor. Se está haciendo un camino correcto”, reconoció, en una entrevista con EL UNIVERSAL.

En su anterior viaje al continente en 2018 a Chile y Perú, Francisco se encontró con el profundo malestar de chilenos y peruanos por el silencio del Vaticano ante los abusos sexuales de los que se acusó a obispos, sacerdotes y dirigentes católicos pero reaccionó con incredulidad. Al retornar a Roma, el Papa rectificó, reconoció su equivocación y ejecutó acciones contundentes para castigar a los culpables.

Mañas recordó que “la Iglesia, evidentemente en el mundo en el que vive y dentro de la humanidad y donde hay humanidad hay pecado, está trabajando y adecuando los cambios y las normas. Pero hay un lema muy importante y es que los sacerdotes somos como los aviones: sólo son noticia cuando se estrellan, pero si no se estrellan… no son noticia”.

De seguido, contrastó: “En estos momentos hay miles y miles de aviones que están volando y ejecutando maniobras por todos los aeropuertos del mundo y no son noticia. Hay millones de sacerdotes y de católicos en todo el mundo que están haciendo una gran misión evangelizadora en estos momentos y que están en orfanatos, en centros educativos y eso no es noticia”.

Tras explicar que “cuando se estrella un avión es plana completa en todos los periódicos”, el fraile español adujo que “eso nos pasa con los abusos sexuales: cuando ocurre con un sacerdote es plana completa en todos los periódicos. Eso no quiere decir que ese sacerdote sea o no culpable. Pero se están juzgando casos de 2000 para atrás, no hay nada del 2000 para adelante”.

El argentino Jorge Mario Bergoglio, convertido el 13 de marzo de 2013 en el primer Pontífice latinoamericano, cumplirá con su séptima visita a América, tras sus viajes a Brasil (2013), Ecuador, Bolivia y Paraguay (2015), Cuba y Estados Unidos (2015), México (2016), Colombia (2017) y Chile y Perú (2018).

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