Bakú/Tiflis.— El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convocó para hoy, a petición de países europeos, una reunión a puerta cerrada sobre la región separatista de Nagorno Karabaj, golpeada por combates mortíferos durante el fin de semana en los que se enfrascaron Armenia y Azerbaiyán y que han dejado decenas de muertos.

Los combates entre las fuerzas azerbaiyanas y armenias por el control del enclave separatista de Karabaj continuaron ayer por segunda jornada consecutiva, aun con los llamamientos a un alto el fuego y entre acusaciones sobre la participación de Turquía en el conflicto.

“Los combates continúan con diversa intensidad”, dijo el vocero del Ministerio de Defensa de Armenia, Artsrun Hovannisyan, quien habló del uso de gran cantidad de artillería por parte de Azerbaiyán en sus ataques.

Para la tarde, Azerbaiyán lanzó una ofensiva a gran escala contra el sur del enclave (en la frontera con Irán) y en el noreste. Bakú, que el domingo lanzó una contraofensiva ante ataques que, dijo, Armenia habría iniciado a primera hora del día, justificó su operación defensiva con la necesidad de “proteger a la población" y “obligar a Armenia a la paz", según el asesor de la presidencia azerbaiyana, Jikmet Gadzhiev.

Ante esto, Alemania y Francia impulsaron la reunión en la ONU para buscar apaciguar el conflicto, con el resplado de Estonia, Bélgica y Reino Unido. Al menos 67 personas murieron, según balances incompletos de los enfrentamientos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alimentó el temor a una escalada en la región con un discurso combativo en apoyo de Azerbaiyán. “Llegó la hora de que esta crisis que comenzó con la ocupación de Karabaj llegue a su fin. Cuando Armenia haya abandonado el territorio que ocupa, la región reencontrará la paz”.

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