Bruselas.— El tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en ifnlés), declarado muerto ayer por Estados Unidos y Rusia, que se achacan mutuamente la responsabilidad del desenlace, fue uno de los grandes pactos de desarme precursores del final de la Guerra Fría.

Cuando el expresidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijaíl Gorbachov lo firmaron, en Washington, el 8 de diciembre de 1987 se consideró “histórico”, porque allanaba el camino para una nueva era en las relaciones entre Este y Occidente.

Había entonces otros acuerdos nucleares, entre ellos el SALT I en 1972 y el SALT II en 1979, que limitaban la cantidad de misiles balísticos en poder de cada país, pero con el INF ambos se comprometían por primera vez a destruir sus misiles nucleares.

El tratado obligaba a desmantelar, en los tres años siguientes a su entrada en vigor, las cabezas balísticas con un alcance de entre 500 y 5 mil 500 kilómetros.

Antes de 1991 se habían destruido 2 mil 692 misiles, casi todos de alcance intermedio, que representaban más de 4% del arsenal nuclear de ambos países en 1987.

Una de las innovaciones del INF fue los procedimientos de verificación de las destrucciones por parte de inspectores del otro país así concernidos por ambos.

Entre los misiles estadounidenses destinados a desaparecer figuraban los famosos Pershing IA y Pershing II, que estuvieron en el centro de la crisis de los euromisiles durante la década de 1980.

Esta crisis, consecutiva al despliegue soviético de misiles nucleares SS-20, apuntando hacia las capitales europeas, provocó una réplica de la OTAN que desplegó Pershing en Europa, dirigidos hacia la que fuera la URSS.

En 1983, un año después de su entrada en vigor, el presidente Reagan tildó a la URSS de “imperio del mal”. Tras una década de 1970 más bien encaminada hacia la distensión entre los dos bloques, la Guerra Fría alcanzaba así un nuevo punto álgido.

Sin embargo, la llegada de Gorbachov al poder a Moscú en 1985 y sus reformas conocidas como perestroika inauguraron una era marcada por la apertura del bloque soviético al diálogo con el gobierno de Estados Unidos.

Para lograr la firma del acuerdo de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio hicieron falta tres cumbres entre Gorbachov y Reagan de 1985 a 1987.

Estados Unidos salió oficialmente este viernes del tratado INF, acusando al Kremlin de violarlo y de ser el “único responsable” de este “fracaso”.

Rusia atribuyó por su parte el fin del acuerdo a “la iniciativa” de Wa- shington, renovando su propuesta de no desplegar misiles prohibidos por el tratado si la Unión Americana hacía lo mismo.

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