Detroit.— Bernie Sanders y Elizabeth Warren se convirtieron anoche en el blanco de las críticas de otros ocho aspirantes presidenciales demócratas por sus posturas progresistas, en el primero de otros dos debates del partido con miras a las presidenciales de 2020.

Los precandidatos mostraron sus divisiones en temas clave como el seguro médico, migración y cambio climático.

El excongresista John Delaney puso muy claro cuál es el mayor temor de los demócratas “moderados”: “Podemos seguir el camino por el que nos quieren llevar el senador [Bernie] Sanders y la senadora [Elizabeth] Warren, con malas políticas como el ‘Medicare para todos’, todo gratis y promesas imposibles que van a repeler a los votantes independientes y hacer que [el presidente, Donald] Trump sea reelegido”.

Respondió así a la pregunta lanzada por los moderadores de CNN en el Teatro Fox de Detroit sobre si consideraba a Sanders “demasiado extremo para derrotar a Trump”. Los ataques de varios de los aspirantes, encabezados por Delaney, no fueron sólo contra Sanders, quien tiene 16% de las preferencias electorales, según encuestas, sino contra Warren (14%).

Ellos dos son los aspirantes más tirados a la izquierda del partido, con propuestas como Medicare para todos, el New Green Deal, un conjunto de propuestas para combatir el cambio climático que otros consideran demasiado “radicales”. La propia Nancy Pelosi, demócrata, presidenta de la Cámara Baja, lo describió como “un sueño”.

Tanto Sanders como Warren reviraron los ataques. La senadora por Massachusetts exigió a los demás aspirantes dejar de hablar como si fueran republicanos y respondió a los cuestionamientos de que sus planes no son realistas. “No sé por qué alguien se deba tomar el trabajo de competir por la presidencia para hablar sobre lo que no podemos hacer y por lo que no podemos luchar. Sé cómo pelear y sé cómo ganar”. Y abogó por un “cambio real”.

Respecto del temor que el “radicalismo” de sus propuestas pueda despertar, dijo: “Entiendo que hay mucho en juego y que la gente está asustada, pero no podemos elegir un candidato en el que no creamos sólo porque tenemos miedo”.

Sobre su “extremismo”, Sanders subrayó que “todas las encuestas me muestran derrotando a Trump”, a lo que el representante Tim Ryan respondió: “También mostraban ganando a Hillary Clinton”, la candidata demócrata de 2016 que perdió ante Trump.

Sobre el tema del seguro médico, con el que abrió el debate, Sanders y Warren fueron los únicos en alzar la mano a la pregunta de si apoyaban la eliminación del seguro privado. “¿Por qué tenemos que ser el partido que quita algo a la gente”, respondió Delaney, uno de los más feroces críticos del Medicare para todos.

En migración, Sanders y Warren dijeron sí a la descriminalización de la migración ilegal y a otorgar seguro médico a los indocumentados. La senadora subrayó que la ley actual “da a Trump la herramienta de separar familias”.

Otros candidatos, como el exrepresentante de Texas, Beto O’Rourke, defendieron propuestas más moderadas, como dar ciudadanía a los dreamers —ciudadanos indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños, con sus padres—, facilitar el proceso de asilo, pero dijo esperar que la gente “respete nuestras leyes”.

Sanders concluyó el debate diciendo que “compito para presidente no sólo para derroyar al presidente más peligroso en la historia de este país. Un racista y sexista. Y un homófobo. Compito para transformar a esta nación”.

Hoy será el turno de otros 10 aspirantes de debatir, aunque se prevé que acaparen la atención el exvicepresidente Joe Biden, puntero en las encuestas, y la senadora Kamala Harris, con quien se enfrentó en duros términos en la primera ronda de debates.

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