Madrid.— La justicia española rectificó para aumentar las condenas por agresión sexual a los cinco integrantes de La Manada, un grupo de cinco hombres que en julio de 2016 abusó de una joven en Pamplona en plena celebración de las Fiestas de San Fermín.

En una vista pública a la que no asistieron los acusados ni la víctima, el Tribunal Supremo elevó las penas de prisión de nueve a 15 años para cada uno de los cinco miembros de La Manada, entre ellos un militar y un guardia civil, quienes se encontraban en libertad provisional.

Los magistrados del Supremo consideraron que lo sucedido en el portal de una calle de Pamplona entre el grupo de hombres y la joven de 18 años fue un delito continuado de violación y no un simple abuso sexual, como había establecido previamente la Audiencia Provincial de Navarra para condenar a nueve años de cárcel a José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero, Ángel Pozas y Alfonso Jesús Cabezuela, todos ellos miembros del grupo.

Protestaron por el primer fallo. Esta primera sentencia emitida en 2018 por dependencias de Navarra fue tachada de escandalosa por los movimientos feministas, que impulsaron manifestaciones multitudinarias en varias ciudades españolas para protestar contra una decisión judicial que calificaron de indulgente y patriarcal, porque criminalizaba a la víctima de 18 años en vez de castigar severamente a los culpables de
la violación.

El fallo fue recurrido ante el Tribunal Supremo luego de una fuerte presión social en las calles, en las que decenas de miles de mujeres se solidarizaron con la joven agredida para popularizar el lema: “¡Escucha, hermana, aquí está tu manada!”.

El Supremo considera ahora que sí hubo un ambiente intimidatorio y que se produjo una agresión sexual con penetración, por lo que incrementó las condenas a 15 años de prisión para cuatro miembros de La Manada, y dos años más para el quinto integrante quien robó el celular de la mujer.

Los condenados deberán indemnizar a la víctima con 115 mil dólares y mantenerse alejados de ella durante los próximos 20 años.

Tras más de dos horas de deliberación, los cinco magistrados de la Sala del Tribunal Supremo establecieron que “la joven se sometió al grupo ante la angustia e intenso agobio que la situación le produjo por el lugar recóndito, angosto y sin salida en el que fue introducida a la fuerza”. Esas circunstancias fueron aprovechadas por los condenados para cometer “al menos 10 agresiones sexuales con penetraciones bucales, vaginales y anales”.

“Es lo que la sociedad quería, que se haya hecho justicia es otra cosa”, reviró el abogado defensor de los miembros de La Manada, Agustín Martínez Becerra, tras conocer la sentencia del Supremo.

La defensa mantuvo desde el principio que los cinco acusados originarios de Sevilla eran inocentes, por lo que pidió su absolución, alegando que la joven consintió en mantener una relación sexual en grupo, aunque se arrepintió más tarde, por lo que decidió denunciar los hechos ante la policía.

Las escenas de la violación que fueron grabadas en sus móviles por los propios agresores circularon temporalmente por algunos sitios de internet, lo que supuso una vejación añadida para la víctima, quien hasta el día de hoy trata de mantener su anonimato; sólo se sabe que es una estudiante universitaria oriunda de Madrid que se trasladó a la capital de Navarra con la intención, finalmente frustrada, de disfrutar de los Sanfermines.

Luego de la sentencia del Tribunal Supremo, los miembros de La Manada ingresaron de nuevo a la prisión de Sevilla 1. Cuatro de ellos están siendo investigados por otra presunta violación ocurrida en la localidad cordobesa de Pozoblanco en 2016.

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