San Antonio.— Cortes instaladas en carpas en dos ciudades fronterizas de Texas comenzaron ayer a procesar a miles de migrantes que son obligados por el gobierno federal a esperar en México en lo que sus solicitudes de asilo avanzan a través de los congestionados tribunales de inmigración

La corte en Laredo abrió con un juez que atendió casos a través de una videoconferencia. Los detractores del sistema han criticado el procedimiento debido a que es cerrado al público y dificulta a los abogados el acceso para brindar representación legal. Uno por uno, los migrantes ingresaron a la carpa y dijeron que tenían miedo de ser enviados de regreso a México.

El grupo incluía a una mujer hondureña que cargaba a su hija de 4 años de edad, a un salvadoreño que dijo que huía de amenazas de muerte y a otro hombre que dijo que se ocultaba mientras esperaba una oportunidad para ingresar a Estados Unidos.

Los inmigrantes son parte de una política implementada por el gobierno del presidente Donald Trump llamada Protocolos de Protección a Migrantes, pero mejor conocida como el programa “Permanece en México”. Los migrantes conversaron por video con un juez de San Antonio.

La jueza Yvonne González tenía 52 casos en su expediente. Del otro lado de la pantalla, 26 personas se presentaron al tribunal en Laredo. González podía verlos a través del monitor instalado en su juzgado. Ocho personas expresaron su temor de quedarse en México. Una mujer dijo que tenía que pagarle a alguien para que la llevara de regreso a su audiencia. Otra dijo que había sido secuestrada y robada.

La jueza se reunió con los abogados del gobierno federal y después reanudó las audiencias. Pidió a todos aquellos que tenían miedo de volver a México se pusieran al frente para que estuvieran más cerca de su pantalla y luego fueron llevados a otra sala en la carpa para que pudieran ser procesados por otra agencia y determinar si serían enviados de vuelta a México.

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