Lima.— Luto, sorpresa y conmoción. Así vivieron ayer los peruanos la jornada que comenzó con la noticia del suicidio del expresidente Alan García, quien se disparó en la cabeza cuando iba a ser detenido, en medio de acusaciones de corrupción.

“Se lamenta informar del fallecimiento del expresidente García a las 10:05 locales por hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro cardiorrespiratorio”, señaló el Ministerio de Salud. Decenas de simpatizantes reunidos afuera del Hospital Casimiro Ulloa, en Lima, lloraron tras el anuncio.

El presidente Martín Vizcarra se dijo “consternado” por la noticia, declaró tres días de duelo nacional desde hoy y hasta el viernes, y dispuso otorgar a García las honras fúnebres que corresponden a un presidente en ejercicio. Sin embargo, la familia del exmandatario rechazó la idea.

El secretario personal de García, Ricardo Pinedo, dijo que el funeral será el viernes, luego de que los restos sean velados día y medio en la Casa del Pueblo, sede del Partido Aprista Peruano (PAP) que lideraba el exmandatario. García acusó a Vizcarra de estar detrás de la investigación en su contra. “El presidente García tomó una decisión de dignidad y de honor. Un acto de honor frente a una persecución fascista”, señaló Mauricio Mulder, congresista del partido aprista.

La fiscalía investigaba si García había recibido sobornos de Odebrecht, la constructora brasileña que pagó dádivas en una docena de países de América Latina para adjudicarse grandes contratos en obras públicas.

El Poder Judicial ya había dictado 18 meses de impedimento de salida del país contra García en noviembre del año pasado. Al conocer dicha resolución, el dos veces exjefe del Estado (1985-1990 y 2006-2011) solicitó asilo diplomático en la embajada de Uruguay, beneficio que el gobierno de ese país le negó el 3 de diciembre de 2018.

Temprano se conoció que el Poder Judicial ordenó la detención preliminar por 10 días contra García y otros funcionarios. La decisión judicial fue autorizada a pedido del fiscal del equipo especial Lava Jato José Domingo Pérez, quien investiga al exmandatario por los presuntos delitos de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión en el marco del caso Odebrecht.

El ministro del Interior, Carlos Morán, explicó en conferencia de prensa que cuando el equipo fiscal ingresó ayer junto a la policía al primer piso de la mansión de García, quien se encontraba en el segundo piso, éste dijo que “iba a hacer una llamada a su abogado, ingresó y se encerró” en su dormitorio. “A los pocos minutos se escuchó un disparo”, dijo Morán. Cuando la policía ingresó a la habitación lo encontró sentado bañado en sangre. Tenía seis armas para las cuales tenía permiso de portación, según su secretario Ricardo Pinedo.

La noche previa a su suicidio, García dijo en una entrevista con la radio local RPP que era cristiano y que no tenía miedo de ser detenido. “Creo en la vida después de la muerte... tener miedo [a una detención] no lo encontrará en mí. Y creo tener un pequeño sitio en la historia de Perú”, indicó.

Líderes mundiales expresaron su pesar por la muerte de García. Por parte de México, el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Maximiliano Reyes, tuiteó: “Lamentamos profundamente el fallecimiento del expresidente de Perú, Alan García, hacemos votos para que sus familiares y amigos encuentren pronta resignación”.

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, externó su “dolor y... condolencias”. El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, dijo que “sin duda lo vamos a extrañar”, y que “cada quien escoge la forma de vivir y de morir”.

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