San José. – Colombia y Venezuela entraron ayer a un nuevo punto de tensión militar, política y migratoria luego de que Bogotá denunció que Caracas recibirá un cargamento de misiles de Irán y de que el gobierno venezolano suspendió el ingreso terrestre de sus ciudadanos desde suelo colombiano para mermar las presiones humanitarias internas por la pandemia del coronavirus.
El presidente de Colombia, Iván Duque, alertó anteanoche que Nicolas Maduro, a quien desconoció como gobernante, está en “aproximaciones” con Teherán para comprar ese armamento de manufactura iraní.
“Hay información de organismos de inteligencia de carácter internacional que trabajan con nosotros, donde se muestra que hay un interés de la dictadura de Nicolás Maduro de adquirir unos misiles de mediano y largo plaza a través de Irán”, dijo Duque en un programa virtual.
“Todavía no han llegado, pero “se han venido haciendo esas aproximaciones” con instrucción del ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino”, detalló.
El canciller venezolano, Jorge Arreaga, desmintió al mandatario y replicó que Duque “vuelve a las infamias”, con una “ficción anti—venezolana para distraer a la opinión pública” de Colombia.
La eventual entrega de misiles de Irán reforzaría la capacidad bélica de Venezuela. Caracas tiene misiles S-300, de fabricación rusa y de largo alcance, que Moscú le envió por el intenso acercamiento político—militar de Rusia y Venezuela en el siglo XXI. Irán se consolidó en 2020 como el más importante suplidor de combustibles a Venezuela.
Maduro confirmó que, en mayo anterior, la Fuerza Armada de Venezuela efectuó pruebas con misiles rusos Buk en la norteña isla venezolana de La Orchila y relató que fueron ejercicios bélicos con “sistemas misilísticos de máxima precisión para la defensa de las aguas y las costas” y de “gran alcance”.
Estados Unidos, que clama por un cambio de gobierno en Venezuela para la democracia, es el principal socio militar y proveedor de pertrechos de guerra de Colombia.
Pugnas. Como vecinos en creciente choque, el diferendo Colombia—Venezuela se agravó después de que, en enero de 2019, Duque desconoció a Maduro y reconoció al opositor venezolano Juan Guaidó como mandatario interino.
Sin lazos diplomáticos a partir de febrero de 2019, la desconfianza mutua impacta a una conflictiva frontera terrestre común de 2 mil 219 kilómetros con guerrillas y paramilitares colombianos, narcotraficantes y redes del crimen organizado como minería ilícita y trata de personas. El éxodo de venezolanos que huyen de la crisis política y socioeconómica de Venezuela atizó la crisis en los últimos seis años.
Migración Colombia informó que Venezuela cerró ayer la entrada de venezolanos por el puente internacional Simón Bolívar, que une al nororiental departamento (estado) colombiano de Norte de Santander con el occidental estado venezolano de Táchira.
La medida “obedece al alto número” de venezolanos retenidos en Táchira en aislamiento por el virus, indicó, al confirmar que unos 100 mil venezolanos regresaron a su país desde el 14 de marzo anterior y unos 40 mil esperan hacerlo, en un lento y limitado proceso.
Venezuela desmintió el cierre y explicó que lo que hubo fue un trabajo de desinfección. El gobierno de Duque es “una fábrica” de noticias falsas y “siempre la mentira tendenciosa”, afirmó el canciller venezolano.
Migración Colombia informó a EL UNIVERSAL que el número de venezolanos que viven en suelo colombiano aumentó de 23 mil 573 en 2014 a un millón 764 mil 883 en 2020.
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