San José. – Guatemala y Colombia se convertirán en las primeras fronteras de Estados Unidos para contener las oleadas de migrantes irregulares del sur al norte de América.

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Guatemala es el portillo geográfico para entrar a México y avanzar a EU y Colombia es el portón natural para ingresar al Tapón del Darién y proseguir hacia el resto de Centroamérica en ruta a territorios mexicano y estadounidense.

Guatemala y Colombia son posiciones cruciales como trampolines del incesante tránsito de americanos, africanos y asiáticos que pretenden entrar a EU y puentes cruciales de los “coyotes” o mafias de traficantes de personas.

Decidida a alejar a los migrantes sin visas de las fronteras de EU con México y Canadá y de evitar contaminar la campaña electoral del presidente,b, la Casa Blanca expandió esta semana su muro de contención migratoria a Guatemala y Colombia para cerrar la puerta a las oleadas de seres humanos que, sin cesar, se dirigen a suelo estadounidense.

Biden confirmó esta semana que se lanzará por su reelección en 2024 para un segundo periodo consecutivo de 2025 a 2029.

“La administración Biden no tiene alternativa de política para administrar y tratar a fondo el fenómeno”, aseguró el economista guatemalteco Edgar Gutiérrez, ex canciller de Guatemala, consultor internacional y analista y estratega político y de seguridad.

“(Biden) ha perdido el debate interno ante el Partido Republicano y grupos xenófobos, a pesar de los beneficios económicos que les procura la migración, y no ha podido cumplir su objetivo estratégico de atacar la causa-raíz de las migraciones masivas en Centroamérica”, dijo Gutiérrez a EL UNIVERSAL.

La definición de Colombia y Guatemala por parte de EU como “terceros países seguros” de migrantes que buscan acceder a suelo estadounidense reflejó que “las enormes corrientes de migraciones irregulares” de latinoamericanos “desbordaron las capacidades de tratamiento en los países de tránsito”, advirtió.

En un nuevo paquete de medidas que notificó anteayer, EU anunció que abrirá centros regionales de procesamiento de migrantes en Colombia y Guatemala para facilitar su acceso a vías legales, reducir la migración irregular y “facilitar vías (migratorias) seguras, ordenadas, humanas y legales”.

El plan incluyó, entre otras medidas, una “campaña agresiva” para combatir el contrabando de personas por la peligrosa selva del Tapón del Darién, del occidente de Colombia y del oriente de Panamá.

La campaña empezó el 20 de este mes y se enfoca “en desbaratar las redes criminales que facilitan el movimiento ilícito de personas aumentar la presencia estatal en la selva”, agregó.

“A medida que las autoridades recuperan el control de esta región y erradican a los delincuentes, se insta a los migrantes a que esperen y aprovechen las vías legales seguras y ordenadas, incluidas las nuevas vías” difundidas anteayer, precisó.

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La nueva iniciativa de Washington contempló el aumento de las deportaciones desde EU para “quienes no tienen una base legal para quedarse” en ese país y adoptar “medidas enérgicas contra las redes criminales que cobran tarifas enormes a los migrantes para facilitar la migración por aire”.

Con el acelerado agravamiento de la crisis migratoria hemisférica al menos desde 2018, y con cifras sin precedentes —2 millones 766 mil 582— de retenidos de octubre de 2021 a septiembre de 2022 en las fronteras de EU, Biden se anticipó esta semana al fin de la vigencia, a partir del 11 de mayo próximo, del Título 42.

Esta es una regla de salud pública de emergencia de control migratorio que EU promulgó en 1944, puso en vigor a partir de marzo de 2020 por la pandemia del coronavirus y permitió a las autoridades estadounidenses impedir, en durante más de tres años, el ingreso a esa nación a personas que pueden calificar como sospechosas de introducir enfermedades.

EU aclaró que el cese del Título tampoco significará que abrirá sus fronteras.

El lío migratorio en EU “es una bomba de tiempo”, describió el politólogo, sociólogo y relacionista internacional boliviano Franco Gamboa, profesor de Estudios Latinoamericanos y Política Comparada en la (no estatal) Universidad Marymount, de Virginia, EU.

“No es posible mantener en la ilegalidad a millones de personas que esperan una amnistía para una inserción que facilite la vida de los migrantes (…). La cultura latina o hispánica es una influencia de alcance nacional en EU, que en los hechos es bilingüe y donde el español marca una fuerza inusitada” educativa y laboral, aseguró Gamboa a este periódico.

“Este es el eje del problema. Aunque el sistema democrático de EU se empeñe en negarlo, la hegemonía cultural del idioma español y de las prácticas culturales latinoamericanas están dejando una huella indeleble que amenaza con alcanzar las esferas políticas”, planteó.

“Esta es la razón que une a los partidos Demócrata y Republicano para frenar la inmigración. Lamentablemente, sus acciones degeneran en políticas antimigratorias racistas”, alegó.

A consulta de este diario, el ecuatoriano William Murillo, presidente ejecutivo, vocero y cofundador de 1800Migrante, firma no estatal de asesoría migratoria de Nueva York, Quito y Madrid, explicó que “las nuevas políticas de Biden están destinadas al fracaso. Suenan a oportunismo político y tratan de buscar el voto hispano para su reelección”.

“Las propuestas parche de Biden reflejan la poca empatía que siente EU por los migrantes que desean ingresar a este país. Prefiere una región con ciudadanos pobres pero rica en recursos minerales, petroleros, materia prima, con mala educación, pésimos servicios médicos y públicos y corruptos”, indicó.

“A la larga esos países exportarán gente que en EU será mano de obra barata. EU puede expandir fronteras a Guatemala o Colombia y (eso) funcionará unos meses hasta que la gente se dé cuenta que es sólo una distracción y volverá a usar rutas migratorias” de los “coyotes”, pronosticó.

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