Caracas/Washington.— Estados Unidos aumentó ayer la presión financiera sobre Venezuela, dificultando la venta de activos estatales, incluidos los de la petrolera PDVSA, tras la reelección de Nicolás Maduro, quien propuso un nuevo diálogo con la oposición, que, a su vez, descartó participar en el encuentro.

Donald Trump, gobernante de Estados Unidos, firmó un decreto que prohíbe a los ciudadanos de su país comprar obligaciones de deuda venezolana, en momentos en que el país petrolero está asfixiado por una profunda crisis económica.

El magnate instó a Maduro a realizar “elecciones libres y justas”, y aseguró que busca “evitar que el régimen venezolano realice “ventas clandestinas”. Además, afirmó que el dinero de esos activos “pertenece al pueblo de Venezuela”.

Washington, que califica de “dictador” a Maduro, había prometido más temprano “rápidas medidas económicas y diplomáticas”, tras calificar de “farsa” la votación del domingo.

Pese a tener sobre la mesa desde hace un año la opción de un embargo petrolero, Washington tampoco dio esta vez el paso.

Mike Pompeo, secretario de Estado, y Mike Pence, vicepresidente, adelantaron que habrá más sanciones y altos funcionarios de la administración que hablaron con la prensa bajo condición de anonimato confirmaron que se analizan diversas posibilidades, entre ellas la “opción militar” que el republicano puso sobre la mesa el año pasado. El canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijo que las sanciones son “medidas ilegales”, que violentan el derecho internacional.

La de ayer es la tercera ronda de sanciones financieras que impone el gobierno de Trump contra la Venezuela de Maduro, quien llamó a la oposición a un nuevo diálogo, tras los comicios, pero ésta descartó participar. “Frente a la propuesta de diálogo, no vamos a caer en estrategias dilatorias en las que se pretende mantener como un hecho aceptado el fraude de ayer”, señaló Omar Barboza, presidente del Parlamento de mayoría opositora, en rueda de prensa.

“No nos sumamos a nada que viole la Constitución e irrespete la soberanía popular”, sostuvo a nombre del Frente Amplio, agrupación que integra la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organizaciones sociales, gremios y chavistas disidentes.

El Frente Amplio reiteró su desconocimiento a los resultados de los comicios en los que Maduro fue reelegido con 68% de los votos, por considerar que el gobierno compró sufragios y chantajeó a electores con programas sociales. El Frente Amplio invitó nuevamente a Henri Falcón, principal rival de Maduro que se postuló a pesar de que la MUD llamó a la abstención, a que se le una para luchar por “verdaderos comicios”.

Barboza dijo que la principal tarea de la oposición será “la reconstrucción de la unidad nacional de los que quieren un cambio.

“Seguimos luchando por unas elecciones libres, con garantías y observación internacional para que se celebren durante el último trimestre de este año”, acotó el diputado.

Sin embargo, sectores opositores como el grupo Soy Venezuela, en torno a la ex diputada María Corina Machado, descartan desde hace tiempo participar en comicios porque creen que el chavismo no garantiza condiciones democráticas; apuestan por “sacar al régimen” con protestas y presión social. “¿En serio? ¿Nuevas elecciones?”, escribió Machado en Twitter.

La Unión Europea (UE) ya había advertido que no consideraría democrático el proceso, en el que venció Maduro y quien será proclamado ganador, indicó Delcy Rodríguez, presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

El mandatario del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo que su país seguirá trabajando para paliar el sufrimiento de los venezolanos. El ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, criticó con dureza la victoria electoral lograda por Maduro. “No fueron las elecciones libres, justas y transparentes que se merecía el pueblo venezolano”, señaló el político socialdemócrata desde Buenos Aires, donde participó en un encuentro de ministros de Exteriores del G20.

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