A 100 días de que el equipo de Claudia Sheinbaum asumió las riendas del Gobierno de la Ciudad de México, particularmente, en el tema de inseguridad, Tomás Pliego, coordinador general del Gabinete de Seguridad Ciudadana, asegura que la estrategia aplicada es la correcta y pese a que hay “muchos hoyos, baches y zonas oscuras”, van avanzando para retomar el control.
Desde su oficina a unos metros de donde despacha la mandataria local en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el exdiputado local dice que si bien han señalado maquillaje de cifras en los delitos de la anterior administración —se perdieron casi 30 mil delitos según la PGJ— esto no es un pretexto para implementar acciones.

“Tenemos claro que la responsabilidad en seguridad y procuración de justicia es nuestra. Quienes simularon corrupción estuvieron hasta el 4 de diciembre, a partir del 5, asumimos esa responsabilidad”, expone.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario responde a la pregunta de hasta cuándo es válido que un nuevo gobierno denuncie lo que considera malas prácticas de la anterior gestión. “Tenemos que resolverlo nosotros, independientemente de como nos dejaron las instituciones, pero debemos decir cómo las recibimos”.
Reitera lo que han acusado los funcionarios del gabinete de Sheinbaum que había una instrucción para que la policía capitalina inhibiera la denuncia ciudadana y en los ministerios públicos no se abrieran carpetas de investigación con la finalidad, dice, de “dar cifras que aparentaban que la Ciudad estaba tranquila, pero los delitos no dejaban de suceder aunque las carpetas fueran pocas”.
Ahora, destaca que parte de la estrategia para combatir la incidencia delictiva en la capital del país es la transparencia, por lo que la instrucción es no simular. “Si sube, sube; si baja, baja, cero simulación”.
El encargado de organizar todos los días el gabinete de Seguridad de la jefa de Gobierno a las 07:00 horas —a las 08:00 horas los sábados y domingos— destaca que hay coordinación entre la procuradora local, Ernestina Godoy, y el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, y esa cooperación institucional debe replicarse en los 70 gabinetes de seguridad de las coordinaciones territoriales.
La estrategia
Tomás Pliego está encargado de coordinar las 70 coordinaciones de seguridad cuyo modelo se implementó cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno.
De ahí, dice, surgió la idea de replicarlo hoy con Sheinbaum porque fue exitoso, incluido que quienes sean las representantes de la jefa de Gobierno sean mujeres quienes, apunta, tuvieron que cumplir requisitos como experiencia, conocimiento de la comunidad y honestidad. Pero, acota, todas están bajo constante evaluación.
Detalla sobre las Comisiones de Seguridad Ciudadana que se están implementando en los 847 cuadrantes —dice que van al menos 75 constituidas—, la idea es que los ciudadanos tengan contacto con los jefes de cuadrante para reportar anomalías.
También serán capacitados en Protección Civil. No hay pago y no hay un número límite para integrarlas. Señala que no es obligatorio pertenecer a la comisión para estar en contacto con los policías o jefe de cuadrante.
Todo ello, comenta, es para tener el pulso de lo que ocurre en la Ciudad y así es como se evalúa lo que se analiza en el gabinete de Seguridad que encabeza la jefa de gobierno.
“Ya no se sientan cómodos”
El coordinador del gabinete de Seguridad dice que los ministerios públicos y policías ya también están hartos de la corrupción que generó, en su opinión, un ambiente cómodo a los delincuentes pequeños, medianos y grandes para cometer los ilícitos.
Por ello, dice, que también hay hartazgo de la ciudadanía, y eso es un viento a favor que les permitirá recuperar la confianza en este primer año de gobierno.
Por eso destaca que hay coordinación entre el gobierno federal y el de la Ciudad, cada uno con tareas definidas. El primero en el combate a la delincuencia organizada y los locales para abatir los delitos del fuero común.
“La Ciudad de México ya no es ni va a ser una zona de confort para ellos [delincuentes], ya no van a operar con la impunidad que operaron seis años, se van a tener que cuidar más, al grado que [digan] ya nos vamos, porque se acabó la fiesta”, externa.
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