En la superficie de tu intestino se encuentran casi mil bacterias y otros microorganismos que ayudan a mantenerte saludable

y favorecen tu digestión. Los prebióticos actúan para construir y mantener esta colonia saludable de bacterias en tu cuerpo.

Esas bacterias conforman un ‘microbioma’, que tiene como función principal metabolizar los alimentos que tu cuerpo no sabe digerir

, sintetizar nutrientes y vitaminas esenciales para el funcionamiento de tus células y gestionar los compuestos cuyas combinaciones afectan a la salud.

De ahí la importancia de mantener un microbioma saludable,

para lograrlo es necesario nutrir a todos los microorganismos que lo conforman. Los prebióticos serán los encargados de alimentar esas bacterias “buenas”.

En sí, los probióticos son un tipo de fibra que el cuerpo humano no puede digerir y sirven como alimento para los probióticos, estos pequeños microorganismos vivos benéficos en el intestino.

Los prebióticos ayudan a promover bacterias “buenas” al proporcionar alimentos y crear un entorno donde los microorganismos puedan florecer.

¿Dónde encontrarlos? 

Los prebióticos están presentes en los alimentos ricos en fibra

, como frutas, vegetales y granos integrales. Las personas que comen una dieta equilibrada, variada y saludable obtendrán muchos prebióticos a través de sus alimentos.

Los prebióticos se encuentran en alimentos como los cereales integrales, los plátanos, las cebollas, el ajo, la soja, las alcachofas y espárragos. Además, se añaden probióticos y prebióticos a algunos alimentos que están disponibles como suplementos dietéticos.

Sus beneficios

Los prebióticos pueden apoyar un intestino sano, ofreciendo una mejor salud digestiva.

Los investigadores sugieren que los prebióticos pueden aportar al cuerpo los siguientes beneficios:

-Mejorar la absorción de calcio

-Aumentar la rapidez con que el cuerpo procesa los carbohidratos.

-Respaldar el crecimiento probiótico de las bacterias intestinales

-Mejorar potencialmente la digestión y el metabolismo

Los prebióticos se producen naturalmente en muchos alimentos, por lo que no es necesario que las personas tomen suplementos prebióticos. Sin embargo, es fundamental que las personas que padecen enfermedades crónicas o graves eviten estos suplementos de probióticos o prebióticos, a menos que un médico indique lo contrario.

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