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Si planeas cenar pavo en , entonces te conviene conocer las técnicas de cocción correctas porque, seguramente, lo último que quieres es arruinar tus platillos y dejar con un mal sabor de boca a tus invitados.

Para garantizar que tu platillo quede exitoso, en te decimos cuáles son los errores más comunes y que hacen que la carne de este animal quede seca.

El pavo es el protagonista en la cena de Navidad. Foto: Freepik
El pavo es el protagonista en la cena de Navidad. Foto: Freepik

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¿Por qué el pavo queda seco?

Una situación común para quienes cocinan la cena de Navidad es que, al momento de servir el , la carne resulta difícil de cortar y, peor aún, al probarla está seca. Aunque no es un error en la elección del producto, sino en las técnicas de cocción.

1. Refrigeración incorrecta

Por ejemplo, el portal de recetas EatingWell explica que la forma de refrigeración de este alimento influye mucho. Cuando se mantiene en el congelador, es necesario descongelarlo correctamente para no alterar su sabor y garantizar una cocción uniforme.

2. Temperatura errónea

Otro aspecto a considerar es la temperatura. Este mismo portal señala que la recomendación es verificar que, al momento de cocinar el pavo, el horno se encuentre en los grados correctos para que no pierda sus jugos naturales.

3. Salación excesiva

Y el tercer elemento que no debes ignorar es que, generalmente, cuando el producto se compra en el supermercado ya ha sido sometido a un proceso de salmuera.

En tal caso es importante revisarlo porque si se vuelve a salar o se le añade una salmuera extra, la carne tiende a perder humedad, alterando la firmeza que tanto nos agrada al paladar.

4. Almacenamiento y conservación deficiente

Una vez cortado, mientras más tiempo permanezca expuesto, más seco se volverá. Si necesitas hacerlo con anticipación, cúbrelo con papel aluminio o film transparente para evitar que pierda humedad.

5. No medir la temperatura

No utilizar un termómetro de cocina, lo que puede llevar a sobre cocinar el pavo al no controlar su temperatura interna.

Y es que cocinarlo a una temperatura demasiado alta hace que el calor excesivo evapore los jugos naturales rápidamente y la carne pierda suavidad.

Cocinar un pavo perfecto comienza desde la descongelación. Foto: Freepik
Cocinar un pavo perfecto comienza desde la descongelación. Foto: Freepik

¿Cómo evitar que la carne de pavo quede seca?

Cocinar un pavo de puede convertirse en un reto esta temporada. Por esto, tener claros los tiempos de cocción, las temperaturas y, sobre todo, los métodos adecuados de preparación puede marcar la diferencia entre una cena desastrosa y una memorable.

El primer consejo que te compartimos es el remojo en salmuera. Recuerda que antes de hacerlo, es importante identificar si el ave ya pasó por este proceso; para saberlo, revisa la etiqueta al momento de comprarlo y verificar si contiene aditivos como sal o si tiene términos como “mejorado” o “auto-bañado”.

En caso de que el pavo no haya pasado por una salmuera previa, el sitio especializado Simply Recipes sugiere preparar una solución de agua con sal, sumergir el producto y refrigerarlo durante 24 horas, antes de cocinarlo. Dicho método ayuda a que la carne retenga la humedad y evita que se seque en el horno.

¡Ojo! La proporción básica de la salmuera es de 3.8 litros de agua por cada taza de sal kosher. Además, se recomienda calentar el agua para asegurar que la sal se disuelva por completo y dejarla enfriar antes de sumergir el pavo.

Un mal manejo de la temperatura puede afectar el resultado final del pavo. Foto: Freepik
Un mal manejo de la temperatura puede afectar el resultado final del pavo. Foto: Freepik

Aunque la sal y el agua son suficientes, añadir hierbas, especias y plantas aromáticas a la salmuera también realza el sabor de la carne. Colócalas en la solución y al momento de rellenar el pavo.

El siguiente tip de oro es untar mantequilla ablandada entre la piel y la carne, lo que permite que la piel quede crujiente mientras la grasa protege la carne.

Y, finalmente, es preferible precalentar el horno a 260 °C, meter el pavo hasta que la piel comience a dorarse y luego bajar la temperatura a 160 °C para concluir la cocción. Sabrás que ha quedado perfecto cuando el termómetro marque 71 °C en la parte más gruesa de la pechuga.

Como verás, lograr un pavo jugoso y lleno de sabor no depende de un solo truco, sino de cuidar cada detalle del proceso de cocinado. Con una buena planificación, control de temperatura y técnicas adecuadas, te lucirás en la mesa.

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