En medio de la contingencia sanitaria para evitar más contagios de Covid-19, ayer más de 50 madres salieron a las calles para exigir al gobierno federal que se continúe con la búsqueda de sus hijos y personas desaparecidas en el país.

La marcha fue escoltada a distancia por la policía capitalina; no obstante, minutos antes los uniformados habían conminado a las mujeres a desistir de la caminata.

La protesta partió del Monumento a la Madre y avanzó hacia el Ángel de la Independencia. Vestidas de blanco, algunas madres portaban tapabocas con frases como “¿Cómo encontrarte?”, otras utilizaron rebozos del mismo color. A lo largo del camino se mantuvieron separadas, acción con la que dijeron respetar la sana distancia impuesta por las autoridades.

“Ya nada nos puede matar”, gritó Margarita López, quien perdió a su hija Yahaira Baena en Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, hace nueve años. Aseguró que en el país se vive una epidemia mayor que la del coronavirus: la de la violencia en el país, esa que cobra víctimas todos los días.

El convoy estaba compuesto por integrantes de 22 entidades federativas, quienes denuncian el registro de más de 61 mil personas desaparecidas. La protesta fue parte de la Novena Marcha por la Dignidad y Justicia, en el Día de las Madres, la cual, explicaron, se llevó a cabo en al menos siete estados.

En la capital del país se realizó sin sobresaltos y duró más de una hora, lapso en el que las personas mostraron pancartas con fotografías de las víctimas y, en algunos casos, difundían los montos de las recompensas que las autoridades federales han ofrecido por información sobre su paradero.

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