Tuxtla Gutiérrez.— Un contingente de la Guardia Nacional (GN) y de la Policía Estatal Preventiva y Especializada de Chiapas ingresó ayer a la zona de Chenalhó y Aldama.
Fuentes gubernamentales informaron que el despliegue de seguridad lo integran cerca de 200 elementos federales y estatales, cuyos recorridos preventivos se extienden en ambos municipios, donde la violencia escaló durante los últimos días.
Tzotziles de Chenalhó colocaron la mañana de ayer, a la entrada del palacio del gobierno estatal en Tuxtla Gutiérrez, un féretro con el cadáver de Javier Jiménez Sántiz, quien murió el martes, presuntamente resultado de los enfrentamientos. Los pobladores responsabilizaron de su muerte a sus vecinos de Aldama. También habría resultado herido de un balazo otro hombre identificado como Aurelio Jiménez.

Según su versión, el cuerpo del difunto fue llevado el martes a la cabecera municipal, pero ningún agente del Ministerio Público dio fe del hecho ni se ordenó el levantamiento del cadáver por la falta de seguridad en la zona.
Ayer, una comisión fue recibida por el secretario General de gobierno, Ismael Brito Mazariegos. El funcionario asumió el compromiso de continuar las medidas de seguridad y vigilancia permanente en la zona de conflicto para evitar nuevos hechos violentos.
El secretario Brito Mazariegos lamentó el homicidio del tzotzil cuando mantienen “un diálogo serio y responsable con ambas partes”.
Agregó que continuará reuniéndose con las autoridades de ambos municipios en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto.
La disputa entre ambas comunidades inició hace 45 años. Ambas partes se disputan 60 hectáreas de tierra.
Chenalhó reclama que 20 personas han sido asesinadas a lo largo del conflicto. Aldama denuncia cinco muertos.
El pasado 30 de julio, tanto autoridades de Chenalhó como de Aldama ratificaron un pacto de no agresión.
Sin embargo, dicho acuerdo no fue respetado y ahora se acusan mutuamente de agresiones con disparos de armas de fuego desde el pasado fin de semana, los cuales se intensificaron el martes.
Habitantes de Santa Martha, en Chenalhó, retienen a unos 10 agentes de la policía estatal que fueron desplegados para prevenir la violencia.
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