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Chilpancingo.— Otra vez el regreso de los desplazados de la Sierra de Guerrero quedó en un intento. En la comunidad de Los Morros, ya cerca de su destino, desde los cerros le dispararon a la caravana que era custodiada por militares y policías.

El retorno fue suspendido ahí, en Los Morros, donde los casi 2 mil desplazados aguardan por volver a la localidad de Filo de Caballos, donde continúan los hombres armados que la tomaron el pasado domingo.

Ayer, una caravana de unos 105 carros —resguardados por policías y militares— salió del auditorio municipal de Leonardo Bravo, después de que por casi una semana miles de personas vivieran con lo mínimo.

El primer intento. El viernes los habitantes intentaron regresar, pero no lo lograron: cuando se organizaban, recibieron una llamada en la que les advertían que no salieran, porque hombres armados en la comunidad Los Morros habían disparado desde los cerros a las casas, según contó el ex coordinador de la Policía Ciudadana de Leonardo Bravo, Crescencio Pacheco González.

Por la noche, el alcalde y los comisarios se reunieron con funcionarios del gobierno estatal; acordaron su salida para este sábado. El acuerdo contemplaba el resguardo, porque los armados no han aceptado dejar Filo de Caballo.

Aún así, al mediodía del sábado salió la caravana con los pobladores. Hasta delante iban policías y militares, luego los reporteros y atrás los desplazados.

Balazos los frenan. Después de pasar por un camino de terracería, la caravana tomó la carretera que comunica a Chilpancingo con Filo de Caballos. Cuando pasaba por la comunidad de Los Morros fue atacada, según los informes de los reporteros que acompañaron a los desplazados.

En un comunicado, el vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, informó que los disparos no fueron contra la caravana sino al aire desde los cerros. Por este ataque no se reporta ni heridos ni muertos.

La caravana se quedó anclada en Los Morros; mientras funcionarios y mandos militares acudieron a la comunidad de Filo de Caballos para hablar con los armados y solicitarles que permitieran a los pobladores volver a sus casas.

Álvarez Heredia informó que en un punto entre Los Morros y Filo de Caballo, los funcionarios encontraron un camión de volteo atravesado en la carretera, con la intención de impedir el paso a la caravana. Así se frustró el segundo intento de miles de personas por volver a sus hogares, en muchos casos, con los suyos.

Los echaron. El lunes en la tarde comenzó el éxodo en las comunidades Campo de Aviación, Los Morros, La Escalera, El Naranjo, Carrizal de la Vía, Balsamar y Tepozonalco. Un día antes llegaron unos 3 mil y se enfrentaron con otro grupo durante cuatro horas. Murieron siete civiles, hubo decenas de heridos y muchas casas y carros quedaron balaceados. El miedo los empujó a salir de su pueblo.

Los desplazados estuvieron en el auditorio de Chichihualco —que es insuficiente para albergar a 2 mil personas—, durmieron en colchonetas y comieron apenas lo necesario para saciar el hambre.

Muchos de los desplazados querían regresar a sus pueblos, pues allá se habían quedado familiares y sus animales. Otros más quieren volver porque les han dicho que sus casas están saqueadas, balaceadas e incluso, algunas son utilizadas como cuarteles por los armados.

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