Tapachula.— En medio de una fuerte presencia de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional (GN), 800 migrantes de Haití, Cuba, Venezuela, Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua partieron en la cuarta caravana para llegar a Estados Unidos.

Desde las primeras horas del sábado, agentes migratorios apoyados por antimotines de la Guardia Nacional arribaron al Zócalo de esta ciudad y detuvieron a extranjeros que ya se encontraban con sus pocas pertenencias en una mochila, informaron en grupos de redes sociales.

El contingente inició su caminar a las 7:30 de la mañana, del parque central, media hora antes de lo acordado, debido a la presencia de las fuerzas federales, que no impidió la salida de los extranjeros irregulares.

Avanza sin freno cuarta caravana de migrantes
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Los migrantes anunciaron que caminarían de forma pacífica, pero advirtieron que si los agentes migratorios y la policía los golpeaban, responderán igual.

Por más de 10 horas, el contingente caminó 45 kilómetros hasta llegar a la cabecera municipal de Huixtla, alrededor de las 19:00 horas, bajo fuertes rayos del sol y temperaturas de 40 grados, que provocó el desmayo de una mujer hondureña de 53 años, por un golpe de calor y la falta de ingesta de alimento, de acuerdo con paramédicos de Protección Civil.

Avanza sin freno cuarta caravana de migrantes
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El migrante de cuatro patas

Jadeando y a paso lento, Bleus, un perro de raza pitbull, de cinco años, color gris, acompañó a Kevin en esta nueva aventura, como lo hizo hace año y medio que abandonaron El Salvador, en busca de mejores condiciones de vida para su familia.

Kevin, un joven tatuador que viaja con su esposa e hija de un año, se unió a esta caravana luego de llegar a Tapachula desde 2019 y no poder regularizar su situación migratoria, a pesar de que su pequeña es mexicana.

Avanza sin freno cuarta caravana de migrantes
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Dijo que el perro le ha dado seguridad en su vida, ya que es un chico con temores, debido a que por sus tatuajes ha sido acosado y perseguido por la policía y las pandillas. “Desde que me lo regalaron me dio seguridad, antes no salía porque tenía miedo; es mi amigo inseparable”.

El joven reconoció que, por falta de trabajo, ha tenido que vivir en la calle con su esposa, su hija y su inseparable perro. Y ahondó en que su objetivo es llegar a San Cristóbal de las Casas para trabajar un tiempo y juntar dinero para luego viajar a Estados Unidos. Y no obstante que Bleus caminó fatigado, mantuvo el paso a paso, lento, pero sin resistirse.

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