Netflix tiene el documental que te atrapará de inicio a fin

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Netflix es una plataforma de contenido audiovisual que sorprendió a todos al lanzar un curioso documental, basado en una personalidad única.

Su protagonista no es otro que Bob Ross, un hombre recordado por colocarse frente a un lienzo en blanco que relata paso a poso con voz cálida y suave la técnica para crear paisajes increíbles en cuestión de minutos. Sin embargo, la sonrisa y habilidad del artista esconden un secreto que Netflix sacó a la luz mostrando el lado oscuro en la felicidad que reflejaban las obras del famoso pintor dejando al descubierto la tradición de su familia.

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Este documental se estrenó en 2021, pero el impacto que ha generado en algunos la noticia sobre la muerte de Bob Ross de la que pocos sabían, ha hecho que el público se interese en la obra.

Sobre el documental hay que decir que se centra en la época en la que el pintor conoció a la pintora Annette Kowalski en una de sus clases y lo convenció de vender su imagen en grande con productos en los que él no estaba del todo de acuerdo. Es aquí donde comienza el lado oscuro en la fama del pintor, pues los derechos son del matrimonio Kowalski debido a que el hermanastro y la tercera esposa del artista habrían firmado una cesión dejando fuera al único hijo de Robert.

Aunque el matrimonio Kowalski se negó a que esto se diera a conocer ya que, por la imagen, preferían que el público pensara que seguía vivo, más de lo que relata Netflix.

“Bob Ross: Accidentes felices, traiciones y avaricia”. Fuente: Twitter @kornaldo

Robert Norman Ross, conocido por todos como Bob Ross, nació el 29 de octubre de 1942 en Daytona Beach, Florida, y luego de abandonar la escuela en el noveno grado trabajó con su padre como carpintero. Luego de ello se enlistó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos donde comenzó a interesarse en la pintura luego tomar una clase en la que quedó “enganchado” de la actividad.

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Ross comenzó a pintar paisajes de Alaska donde vivió durante un largo tiempo y luego los vendía ganando poco a poco cada vez más dinero del sueldo que tenía como militar. Por este motivo, dejó la Fuerza Aérea con el cargo como sargento mayor para dedicarse de lleno a la pintura y dar clases. Finalmente Bob Ross murió en 1995 a los 52 años tras ser diagnosticado con linfoma.