Escena 1: Día. Interior casa. Una mujer dice a sus tres pequeños hijos que agarren rápido su plato con comida y se escondan bajo la mesa.

“Vamos a comer en silencio”, les pide en voz baja, mientras por la ventana se ve la silueta de un soldado.

“¡Buscamos a !”, grita el militar golpeando fuertemente la puerta que está cerrada con cadenas y a la que intentan forzar.

“¿Dónde están las armas?”, pregunta el invasor.

“No tengo ninguna”, responde ella.

“Usted sabe dónde se encuentra su esposo”, le advierte instantes después alguien con un grado superior.

"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla
"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla

Ambas secuencias no son ficción. Son extraídas de los recuerdos de Monserrat, una de las niñas cuya vida quedó marcada luego de que su papá y otros asaltaran el Cuartel de Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, cansados de abusos, explotación, agravios y despojos caciquiles.

El ataque, considerado la primera acción de una guerrilla contemporánea, no pudo haber sido sin el apoyo de las mujeres cercanas.

"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla
"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla

El largometraje se encuentra basado en las novelas "Las mujeres del alba" y "Las armas del alba", escritas por su papá, Carlos Montemayor, quien para ellas entrevistó a las involucradas, tarea que continuó la directora de Restos de viento al conocer a cuatro de las mujeres, incluyendo a Monserrat.

“Fue entender las muchas maneras del trabajo en las mujeres en la zona de conflicto. Tradicionalmente sólo sabemos de una forma de ataque y son las armas, estamos acostumbrados a que es la manera de pelear, pero hay muchas maneras de luchar y resistir, de contener, de cuidar comunidades”, dice Jimena.

“Cuando las mujeres dejan las zonas de conflicto todo se acaba; si los hombres se van, la vida continúa porque las mujeres se quedan enfrentando las cosas, con su familia, sus hijos“.

Las novelas de su padre ya habían querido ser llevadas al cine, pero eran producciones caras y políticamente comprometedoras. Son cinco las mujeres que retrata el filme y que en 1965 eran parte de la resistencia: Luz, Alma, Herculana, Albertina y Monserrat. Interpretadas, respectivamente, por Valeria Torres, Shaula Ponce y Berenice Mastretta, Chantal Frías, Catalina López y Myriam Bravo.

“Tienes que separarte de la realidad, pero al mismo tiempo quieres hacer la ficción lo más real posible. Cuando escribía el guión era algo luminoso y cuando empecé a filmar dije: ‘ay, güey, es súper más pesado, terrible, de lo que yo creía, porque conocía a las mujeres”, detalla.

“Monserrat estaba conmovida, decía que la habíamos regresado a su infancia, que así era el rancho donde vivían. Le dimos a ella y Alma un salto en el tiempo”, añade.

Estado de México, Puebla y Tlaxcala sirvieron como locaciones para "Mujeres al alba". La cinta contó con la fotografía de Santiago Sánchez (Perdida y Territorio) y el diseño de producción es de Nohemí González (Amores modernos).

Varios Lobos y Conejo Media son las compañías productoras. Su estreno se daría en el transcurso del próximo año.

2 NOVELAS sustentan la cinta: "Las mujeres del alba" y "Las armas del alba", de Carlos Montemayor.

Frase

"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla
"Mujeres al alba" sacan la casta en la guerrilla

“Cuando las mujeres dejan las zonas de conflicto todo se acaba; si los hombres se van, las mujeres se quedan enfrentando cosas”. Jimena Montemayor. Directora.

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