Humberto Dupeyrón

no se deprime. Sabe que el país está atravesando por una fuerte etapa de contagios por coronavirus , y él, al igual que sus compañeros que habitan La Casa del actor, deben extremar precauciones, así que ha decidido recurrir a la tecnología para estar cerca de sus tres hijos: Odín , Natasha y Osterlen .

“No podemos recibir visitas por el momento ni tampoco podemos salir sin ninguna justificación real, en algún caso importante sí, protegidos y acompañados, pero solo en una situación importante como ir al médico”, dijo a El Universal.

El actor de "El Gorila" aseguró que aunque no es un experto en tecnología, siempre pregunta para poder ver a sus hijos en transmisiones o interactuar con ellos.

“Hay que aprender, de pronto no puedo hacer algo y le llamo a Osterlen, mi hijo más chico -que es al que veo más seguido-, le digo que no puedo entrar y ya él me explica cómo puedo hacerle. Con Odín tengo videollamadas y luego si tiene alguna entrevista y me dice ‘papá voy a hacer una entrevista a tal hora y voy a hablar de tal libro que escribí’, y ya me dice dónde está, lo busco y lo veo. Natasha me dice ‘papá voy a hacer una lectura de poesía en tal página’, entonces entro al Instagram o donde me dice ella y ya pongo, es maravilloso y a veces yo mismo en ese momento la felicito”, compartió.

Sin embargo, la vida en La Casa del Actor, en estos meses de pandemia , se ha vuelto muy difícil para muchos habitantes que antes podían salir o recibir visitas con mayor libertad que ahora.

“Hay unos que sí están tristes, que están desesperados, pero como yo les digo, van a exponer sus vidas al irse a meter al metro, con la gente, arriesgando a todos, y cuando regresen pueden traer el virus para todos, uno se contagia aquí adentro y ya estamos todos de alguna manera en riesgo”, señaló.

Él, durante estos meses, ha estado leyendo mucho, dibujando o viendo la televisión; a veces sale al jardín, platica con sus amigos y se mantiene en calma porque ve las medidas de seguridad que toman los trabajadores del lugar que habita.

“Los trabajadores de aquí de la casa llegan y entrando se dan un baño de pies a cabeza, se cambian la ropa y entran a trabajar cubiertos con el tapabocas o con una mascarilla de plástico”.

También dijo que tienen una pequeña capilla y desde que comenzó el confinamiento, dos padres decidieron quedarse a vivir allí para dar apoyo a los habitantes.

“En todo este tiempo han estado dos sacerdotes que dan misa todos los días y ayudan al servicio de la comida, hay confesiones y hay un coro”, señaló.

Aunque no ha salido para nada, Humberto dice que tiene que salir de la casa para hacer un trámite en el banco, algo que no se puede hacer ni por teléfono ni por internet, por lo que Osterlen irá a recogerlo con las debidas precauciones para que haga ese trámite. Aunque no podrá abrazarlo, el actor se conforma con verlo de lejos y platicar con él.

Cuando se pueda salir, dice, tiene pendientes dos o tres funciones de El Gorila que quiere realizar, pero todo está en veremos.

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