La reingeniería del gobierno de Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal está por comenzar. El jefe de Gobierno tiene listas las primeras decisiones sobre quiénes se van de su equipo por no haber cumplido las metas ni dar los resultados esperados. Y uno de los primeros cambios que se conocerán será el de Joel Ortega Cuevas, el director del Metro, mismo que desde hace una semana Mancera decidió que no seguirá en su cargo. En su lugar ya se habla de dos posibles designaciones: la de Jorge Gaviño Ambriz, diputado local por Nueva Alianza y presidente de la Comisión Especial que investigó la Línea 12 del Metro, y Julio Serna, actual director de la Central de Abasto y hombre de todas las confianzas del jefe de Gobierno.

En el primer caso, Gaviño Ambriz es un ex priísta, abogado, que conoce bien el funcionamiento del Sistema de Transporte Colectivo. Fue cercano a la maestra Elba Esther Gordillo y ha ocupado varios cargos administrativos. Tiene una buena relación con Miguel Ángel Mancera, a quien conoce desde hace años como jurista. Su papel en las indagatorias sobre las irregularidades en la Línea 12 que realizó y documentó la ALDF le valieron un acercamiento importante con el jefe de Gobierno, quien lo ve como una persona de confianza.

De ser designado director del Metro, tendría que dejar la presidencia de Nueva Alianza en la capital, que actualmente ocupa, y pedir licencia como diputado federal electo. En su lugar podría llegar a la dirigencia del partido Luciano Quadri, hijo del ex candidato presidencial Gabriel Quadri.

La otra opción que baraja Mancera para el Metro tendría que ver más con la confianza y cercanía. Julio Serna es junto con su hermano Luis, secretario particular, los dos hombres que mayor cercanía y amistad tienen con el gobernante capitalino desde que éste fue procurador de justicia del DF. Su designación en el Metro sería un mensaje de fortalecimiento para el círculo de confianza del mancerismo, luego de las diferencias públicas que surgieron entre el jefe de Gobierno y el director saliente Joel Ortega, sobre todo a partir de los recientes accidentes en el STC, las denuncias sobre falta de mantenimiento hechas por el sindicato de trabajadores del Metro y las quejas de los usuarios sobre la nula mejoría en el servicio.

Para Mancera la decisión de a quién designará como nuevo director del Metro es estratégica. No sólo por la importancia que tiene este sistema, que es la columna vertebral del transporte público y la movilidad de la ciudad, sino porque ha sido precisamente el Metro una de las áreas que más problemas le ha dado y que más ha golpeado la imagen y la credibilidad del jefe de Gobierno. Las fallas en la Línea 12, las investigaciones por corrupción y la decisión de cerrar parte de sus estaciones, le significaron a Mancera uno de los mayores desgastes y pérdida de popularidad; luego a eso se sumó la decisión de aumentar el precio del boleto del Metro de 3 a 5 pesos con la promesa de que mejoraría la calidad del servicio, cosa que nunca sucedió y que fue uno de los factores que ocasionaron el voto de castigo contra el GDF y el PRD en las pasadas elecciones del 7 de junio.

Por eso el nombre de quién llegará a dirigir el Metro, una vez que se haga pública la salida de Joel Ortega, será clave para saber qué tan a fondo van los cambios anunciados en el equipo del GDF y qué tan efectiva será la reingeniería que prepara Miguel Ángel Mancera en busca de recuperar el impulso que perdió su administración y construir una candidatura presidencial real y seria rumbo al 2018.

NOTAS INDISCRETAS... La aparición ayer de Manlio Fabio Beltrones junto al presidente Enrique Peña Nieto en el desfile conmemorativo de la Revolución Francesa desató toda clase de rumores. Algunos analistas interpretaron que si el sonorense fue invitado a París, sin que se hubiera mencionado su nombre en la comitiva presidencial, fue porque se negocia su designación como embajador mexicano en Francia. La realidad es que Beltrones fue invitado por el gobierno francés por ser parte de la Legión de Honor de la República gala, reconocimiento que recibió el 20 de noviembre de 2014 de manos de la embajadora Maryse Bosserié, y por esa razón no figuró como parte de la comitiva que acompañó al Presidente. Así que no hay nada como una supuesta embajada y más bien los que quieren mandar a Manlio a París, más bien es porque no lo quieren ver en Insurgentes Norte... Los dados mandan Escalera. Buen tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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