Este domingo marcará la mitad de las campañas políticas con vistas a los comicios para renovar gubernaturas en 12 estados. En nueve, el Partido Revolucionario Institucional está hoy al mando. Cinco no han sabido nunca lo que es una alternancia partidista: por casi 90 años sus mandatarios han surgido del mismo partido, del mismo bloque político, incluso de los mismos clanes familiares… 
Todo indica que eso cambiará el 5 de junio, al menos parcialmente.

El dirigente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, ha ofrecido un pronóstico que puede tomar el carácter de famosas últimas palabras: el priísmo ganará, ha reiterado, al menos nueve elecciones. Las cifras disponibles apuntan en un sentido diferente, y un eventual reacomodo del ajedrez político puede generar un panorama demoledor para el oficialismo.

Tlaxcala, Aguascalientes y Tamaulipas, actualmente gobernadas por el PRI, y Puebla, ahora del PAN, muestran desventaja clara para la causa de los aspirantes del Institucional. Chihuahua, Quintana Roo, Durango e incluso Sinaloa, exhiben también desafíos, mientras que en Veracruz y Oaxaca existe un empate técnico ante una oposición que, sin embargo, marcha dispersa. Ello ha permitido que el oficialismo duerma tranquilo especialmente en dos estados: Hidalgo y Zacatecas. Pero casi cualquier mezcla de escenarios en las entidades restantes frustrará la apuesta del experimentado dirigente sonorense.

Las campañas correrán hasta el primer día de junio. Es una obviedad plantear que lo que ocurra al domingo siguiente tendrá efectos ineludibles para los planes presidenciales del señor Beltrones y para su partido en el cada vez más próximo 2018. Pero hay al menos un caso en que la contienda parece tener un fuerte aroma a pugna futurista.

Tamaulipas —junto con Durango, Quintana Roo, Veracruz e Hidalgo— es uno de esos estados en donde el PRI ha lucido monolítico en el gobierno estatal desde que fue fundado, hace 87 años, y ya antes fue controlado por los caciques que se sumaron a ese proyecto en 1929.

Ahí contiende por el partido oficial Baltazar Hinojosa, aspirante estrechamente identificado con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, otro presidencialista. Pese a ser una figura controvertida, el citado Hinojosa pasó por encima de las aspiraciones de Marco Antonio Bernal, muy identificado con Beltrones Rivera, desde cuyo entorno surgen voces alertando que “Hinojosa no crece… no se deja ayudar”. 
El principal candidato opositor en Tamaulipas es el panista Francisco García Cabeza de Vaca, con ventaja en encuestas de despachos serios. Él ha recibido señalamientos de vínculos con el crimen organizado, los que comparte con su contrincante tricolor, pues Hinojosa fue colaborador cercanísimo del ex gobernador Tomás Yarrington (1999-2005), al que el gobierno de Estados Unidos ubica como lavador de dólares de Los Zetas y ha ordenado confiscarle cuentas bancarias y propiedades, pese a que en México pareciera existir un velo protector en su favor. 
Reportes provenientes de aquel estado evidencian un postura apática del gobierno priísta actual, que encabeza Egidio Torre, ante las apuros de su correligionario Hinojosa, mientras que empresarios de alto perfil tricolor, como Juan Armando Hinojosa y Ramiro Garza Cantú, envían señales de que se mantienen igualmente al margen. 
Un rápido recuento de los otros estados que están quitando el sueño al priísmo que encabeza Beltrones incluye la debilidad de la campaña de la beltronista Blanca Alcalá en Puebla, ayuna de apoyos, ante la aplanadora implementada por el gobernador panista Rafael Moreno Valle en favor de su candidato —Tony Gali—, consciente de que no hay 2018 para él sin un triunfo este año.
En Chihuahua, el deterioro del gobernador priísta César Duarte generó un candidato independiente apoyado por el empresariado, José Luis Barraza, que sin embargo ha fragmentado a la oposición, que postula nuevamente al panista Javier Corral. Una alianza entre ambos aplastaría al aspirante oficial —PRI-PVEM—, Enrique Serrano. 
En Tlaxcala la oposición vive un dilema idéntico. Tras fracasar una posible alianza PAN-PRD, las respectivas abanderadas, Adriana Ávila y Lorena Cuéllar, se han alternado al frente de la contienda. Un hondo rencor entre ambas damas hace impensable una declinación de última hora, lo que podría dar el triunfo al priísta Marco Mena. Pero si la elección fuera hoy, la ganadora sería Cuéllar. 
En Durango parece desvanecerse la candidatura del panista José Rosas Aispuro ante el abanderado priísta Esteban Villegas, pero las luces de alerta siguen prendidas en los cuarteles del oficialismo. En Quintana Roo, Carlos Joaquín, abanderado de PAN-PRD, parece emparejar apuestas ante el priísta Mauricio Góngora, que luce como una imposición del ex gobernador y actual senador Félix González Canto. En Aguascalientes, el desprestigio del gobernador Carlos Lozano anticipa una debacle para el PRI. 
Como advertían los clásicos: No vivirá mucho quien no vea el balance final de estas historias. Y sólo entonces se empezará a escribir el guión final de la nueva larga marcha hacia Los Pinos.

rockroberto@gmail.com

*En la foto: Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del PRI (ARCHIVO. EL UNIVERSAL)

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses