Vecinos de Cuernavaca, indignados y alarmados, enviaron ayer a esta columna fotografías en las que muestran las bases, deslavadas por la lluvia, de columnas que sostienen el Paso Exprés Tlahuica a la altura del lago del Parque Chapultepec. Advierten así de una posible nueva tragedia, acaso de proporciones mayores a la ocurrida el miércoles por el socavón de cinco metros de profundidad y doce de diámetro, que se tragó a un automóvil y a sus dos ocupantes en la magna obra carretera inaugurada hace apenas tres meses y cuyo costo fue de dos mil 200 millones de pesos.

¿Esta advertencia también será ignorada por la SCT? Porque las hubo varias:

Un oficio de la Comisión Estatal del Agua de Morelos enviado el 31 de octubre de 2016 al director general de la SCT-Morelos, José Luis Alarcón Ezeta señalaba la necesidad de rediseñar y ampliar el alcantarillado que cruza el libramiento en el kilómetro 93+857, tras detectar que su diámetro era insuficiente para desalojar el escurrimiento de aguas negras y pluviales. A esa deficiencia en un obsoleto sistema de drenaje atribuyó en principio el secretario Gerardo Ruiz Esparza la tragedia del socavón.

A finales del año pasado, hubo reiteradas protestas ciudadanas por la tala de miles de árboles realizada para la ampliación a diez carriles del libramiento de Cuernavaca. El gobierno federal taló tres mil 100 árboles. Para calmar los ánimos, la SCT prometió restituir 22 mil, lo que hasta ahora no ha ocurrido. Y las consecuencias saltaron a la vista: al deforestar la zona serrana de Cuernavaca, se eliminó la barrera natural que regulaba los escurrimientos hacia las barrancas. Éstos aumentaron ostensiblemente, más aún con lluvias atípicas caídas durante los últimos días en la capital morelense, otra de las causas del socavón, según Ruiz Esparza.

La medianoche del 31 de marzo de este año, las empresas Aldesa y Eppcor, de capital hispano-mexicano, concluyeron y entregaron la obra. La filial de ese consorcio en México es propiedad de los hijos de Juan Diego Gutiérrez Cortina, cuya empresa Gutsa ha sido uno de los principales contratistas del gobierno. Es más, será la que construya la torre de control del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El primero de abril pasado, el secretario Ruiz Esparza subió a su cuenta de Twitter un video en el que muestra un recorrido por la magna obra y en el que informa que incluyó la construcción de mil 800 kilómetros de nuevo drenaje. ¿Pues que no dijo que el drenaje era viejo? Y si lo es ¿no lo revisaron antes de tender el camino?

El 3 de abril, dos días antes de que el presidente Peña Nieto inaugurara la obra, autoridades de Morelos y de la SCT realizaron otro recorrido. Protección Civil del estado acordó en esa ocasión que Comunicaciones y Transportes se encargaría de la limpieza de las rejillas de los colectores pluviales.

El 31 de mayo, ya con la vía en operación, la secretaría de Gobierno de Morelos envió un nuevo oficio a la SCT en el que solicitó el cumplimiento del acuerdo del 3 de abril anterior, el de limpiar el alcantarillado.

El 30 de junio, la ayudantía municipal del poblado de Chipitlán envió un oficio al director de la SCT-Morelos, José Luis Alarcón Ezeta, que informaba que “debido a las fuertes lluvias y al mal trabajo realizado en el Paso Exprés, entre Conalep y Privada Camelina, el muro levantado en esa área estaba a punto de colapsar, ya que el tubo obsoleto no se había sustituido por otro apto”. Se refería al viejo tubo del que se había advertido desde el 31 de octubre anterior. Pero no atendió Alarcón Ezeta, a quien las propias autoridades de Morelos no lo consideran capaz de desempeñar funciones altamente especializadas, pues anteriormente fue director de la escuela de inglés Harmon Hall, de la que su padre es dueño. Ayer fue destituido.

La última advertencia vino la semana pasada de los vecinos de Chipitlán: el socavón estaba formándose desde cinco días antes, así como uno más se forma al otro lado de la carretera.

No hay pretexto: lo que se ve en todo esto es corrupción y negligencia. También ineptitud en el rescate de las dos víctimas. Casi diez horas tardaron en sacarlos de donde vivos fueron enterrados. La indignación social provocada por esta tragedia tiene a Ruiz Esparza al filo del socavón. Ya debería haber renunciado.


INSTANTÁNEAS 1. ¿Y EL FISCAL ANTICORRUPCIÓN? Los panistas no han ocultado su deseo de bloquear la designación del fiscal anticorrupción. Primero argumentaron que se pronunciarían al respecto hasta que se resolviera a su favor la elección en Coahuila y ahora, sin rubor alguno, la senadora Marcela Torres Peimbert se quita la máscara al declarar que al PAN no le corre prisa en designar al fiscal, que se tomarán el tiempo que sea necesario y que no se dejará presionar. ¿Y los plazos por vencer marcados por la ley?

2. ¿Y LOS MAGISTRADOS? A propósito de plazos, el martes al entrar en vigor el Sistema Nacional Anticorrupción, vence el correspondiente a la designación de los magistrados que deberán juzgar los casos de corrupción, como parte del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA). Esos juzgadores han sido propuestos por el presidente Peña Nieto, y el Senado debe ratificarlos. Pero no se ve que lo hará en el plazo establecido. Por eso el TFJA determinó ayer crear las zonas territoriales de cada una de las cinco salas que estarán especializadas en la materia y se habilitó temporalmente una Sala Regional Mixta. De esta manera, el TFJA operará en materia de corrupción, con los recursos humanos y técnicos disponibles, mientras el Senado ratifica a quienes serán los magistrados.

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