¿Qué se hizo en 1968, en los Juegos Olímpicos de México, que no hemos podido repetir en 48 años? Es increíble que  nuestro deporte lograra su mayor número de medallas (3 oros, 3 platas y 3 bronces) hace tanto tiempo, que mucha gente ni siquiera recuerda todo lo obtenido en esos olímpicos y que ni siquiera se ha mejorado el porcentaje de medallas. Es increíble que un país con 120 millones de habitantes no hayamos avanzado, y digo hayamos, porque en esto, todos los que hemos estado al frente de la Conade hemos sido responsables, así como la gente que ha pasado por el COM, los Institutos del Deporte, así como las federaciones y las asociaciones del deporte.
¿Por qué digo que es increíble? Tuve la fortuna de vivir  aquellos años después de iniciar como entrenador en el Seguro Social y me tocó ser testigo de cómo se trabajó en el 68 para obtener los éxitos, con Josué Saenz como presidente del Comité Olímpico Mexicano y del doctor Eduardo Hay en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, junto al secretario del comité organizador, Alejandro Ortega San Vicente, y el presidente de dicho comité, don Pedro Ramírez Vázquez. Todos ellos ya dejaron de existir con excepción de Ortega San Vicente, pero marcaron un camino que se desperdició por los malos manejos y planeación.
A qué me refiero. Trajeron a un puñado de entrenadores extranjeros que desgraciadamente no fueron capitalizados para darle continuidad al trabajo en busca de más resultados en los olímpicos que siguieron. Trajeron a hombres de la calidad de Jerzy Hauseleber, quien llevó a José Pedraza a lograr una medalla de plata en los 20 kilómetro de caminata, o de Ronald Johnson, quien se convirtió en el padre de la natación de México y lo manifestó con las medallas de bronce de Maritere Ramírez y de oro de Felipe Muñoz. En clavados, Álvaro Gaxiola consiguió la plata en plataforma con el estadounidense Jack Roth como su entrenador.
Además, trajeron a los polacos Enrique Nowara y Casimiro Mazek con quienes se obtuvieron cuatro preseas: Ricardo Delgado (oro en peso mosca), Antonio Roldán (oro en peso pluma), Joaquín Rocha (bronce en peso completo) y Agustín Zaragoza (bronce en peso gallo). En esgrima, también llegó el entrenador polaco, Jerzy Buczak, con quien Pilar Roldan consiguió plata en florete.
No existía tanta tecnología, ni ciencias aplicadas al deporte, pero había unas ganas enormes por salir adelante y triunfar por México. Fue una combinación perfecta y que pudo dar mucho más. Algunos siguieron pocos años después, pero no hubo continuidad en su proceso y métodos como para que estos deportes, entre otros, se desarrollaran de mejor manera y no con algunos destellos individuales. 
Esos triunfos, ese desarrollo de atletas, no se ha repetido porque en nuestro país, en materia deportiva, no nos ha importado ser transparentes. Desgraciadamente la gente que ha pasado por las diferentes etapas del deporte mexicano no ha servido al deporte, sino que se ha servido del deporte.
Es una desgracia que con los altos presupuestos de este sexenio estemos tan abandonados en materia deportiva, lo hecho en 1968 fue algo impresionante para México, que lo puso cara a los extranjeros y puso a nuestro país con una imagen increíble en materia deportiva. Todo eso, se lo se lo debemos a estos cuatro hombres maravillosos: Saenz, Hay, Ramírez Vázquez y Ortega San Vicente, quienes sacaron a México adelante en sus Juegos Olímpicos. 
Lo mismo ha sucedido con las instalaciones que se generaron para el evento. Por ejemplo, la Alberca Olímpica Francisco Márquez, que luce descuidada y de la que ya no han salido deportistas destacados. Es increíble que en 48 años no se den deportistas de alto rendimiento que nos representen en alguna competencia importante. La dirección del deporte en México tiene que ser más exigente al designar a quienes estarán a cargo de los diferentes proyectos en los estados y los municipios. Debemos hacer una gran reflexión de qué fue lo que sucedió en el deporte mexicano después del 68 ahora que se inicia un nuevo ciclo olímpico y se necesita aprovechar todo lo que ha pasado, lo bueno y lo malo, hasta desarrollar una representación que tenga todo lo necesario para llegar a Tokyo 2020 sin las interrogantes de cada cuatro años y con algo más de las esperanzas de encontrarse alguna medalla en el camino. 

Profesor

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