Se abrió un resquicio para que organismos que trascienden nuestras fronteras exhiban y señalen los excesos del Estado mexicano. Apenas es una pequeña abertura. Donde se posa la mirada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos en la acción, omisión y colusión de delincuentes y autoridades.
Por si existía alguna duda o intento de minimizar la labor del grupo interdisciplinario GIEI sobre el caso Iguala, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, reconoció inmediatamente su trabajo y lo consideró como una “importante contribución en la lucha contra la impunidad”.
Los ecos de una comisión internacional parecida a la de Guatemala resuenan en el país. No creo que se establezca, o no de la misma manera. La historia y la posición de México es distinta a la del vecino. Sin embargo, podría llegar de diversas formas la ayuda externa que frene los abusos y los niveles de corrupción.
Es por ello que políticos de ayer y hoy, como Emilio Gamboa, ponen sus barbas a remojar y encienden focos rojos. Ya dijo “no” a la propuesta del PAN de nombrar un fiscal internacional o un equipo de expertos. Sacó de inmediato el as de la soberanía que todo priísta tiene bajo la manga.
Cuando se es juez y parte, la mejor defensa es el ataque. Y adelantó que en la Junta de Coordinación Política del Senado se propone la creación de dos fiscalías que investiguen los hechos ocurridos en torno a la desaparición de los normalistas. Una abocada a los sucesos con anterioridad y otra que ayude a localizar a los desaparecidos. Si alguien quiere que aparezcan es el Presidente y los senadores, comentó.
No, Emilio Gamboa, si alguien quiere que aparezcan son los padres, madres y familiares de los 43. Son ellos los que viven un infierno desde hace casi un año.
Pero bienvenidas todas las propuestas que no entorpezcan más las pesquisas.
Bienvenidos los informes de instituciones reconocidas a nivel mundial y la ayuda que puedan proporcionar. Bienvenidos los mecanismos que frenen la galopante corrupción y la obscena impunidad en el país de los cárteles del crimen organizado.
RAZONES Y PASIONES: Y cuando Enrique Peña Nieto tenía la oportunidad de renovar su equipo e imagen, nombró a Arturo Escobar subsecretario de Prevención del Delito y Participación Ciudadana. Al señor del Verde, del partido que violó la ley una y otra vez. Al ecologista que propone la pena de muerte. Al político del maletín (de su compañero, dice) con un millón de pesos en efectivo. Luego que no diga el Presidente que son algunos medios de comunicación y las redes. Es él solito y sus compromisos.
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