¡Qué lío se traen en el PRI!, le digo a don Manuel El Meme Garza. “Yo creo que el lío lo hacen tantas opiniones, muchas de las cuales vienen encarreradas desde hace rato, pretendiendo provocar encontronazos entre priístas”, me responde el hombre que, en sí mismo, simboliza y encarna al PRI-PRI. “Ven lío los que no entienden lo que pasa en el partido, que, además, no tienen por qué entenderlo. Como a ellos les resulta confuso, en consecuencia debe ser confuso para todos. ¿Por qué no recuerdan nuestros usos y costumbres?”

—¿A qué no le entendemos, Manuel?.

—A lo que es un relevo terso, cuando el Presidente de la República define su mando de jefe de Estado, de gobierno y de partido. Ese es un relevo tranquilo. ¿Pero qué te parece el relevo de Jorge de la Vega Domínguez por Adolfo Lugo Verduzco? ¿O cuando llega Jesús Reyes Heroles y no asiste el relevado, que era Sánchez Vite? O no te acuerdas de cuando García Paniagua fue electo en un espléndido acto en el Teatro del Ferrocarrilero y unos días después solicitaba licencia para retirarse del cargo.

—¡Ah, la normalidad democrática priísta!

—¡La normalidad de la política! ¡Tenemos que entender la política como una cosa que sucede en razón de las circunstancias! A la política no le puedes poner camisas de fuerza.

El gran Meme Garza, también durante años un sabio de la praxis y el bien hacer político para una larga lista de priístas del Estado de México, que dos veces tocaron el cielo: con Adolfo López Mateos en 1964 y Enrique Peña Nieto en 2012.

Recupero ese diálogo de marzo de 1999 con el Meme porque recordaba vagamente lo que me había respondido y pensé que tendría actualidad para ayudar a comprender lo que ocurrió con la designación de Enrique Ochoa, ungido con los usos y costumbres históricos, las porras y las matracas. Y una ausencia notable, como la de Sánchez Vite: la del relevado Manlio Fabio Beltrones.

En efecto, como tantas veces, la clave del Meme es muy útil para comprender: ven lío los que no entienden que el Presidente de la República definió su mando de jefe de Estado, de gobierno y de partido.

El presidente Peña Nieto aceptó designar a Beltrones en 2015 asumiendo que el sonorense funcionaría con un alto margen de independencia en decisiones estratégicas. Por la manera en que se le destapó e impuso, por el descuido de las formas y lo atropellado que arriba a la presidencia del PRI, todo indicaría que ese margen de independencia no existirá con Enrique Ochoa.

¿Quién inventó a Enrique Ochoa-presidente del PRI?, pregunté aquí el lunes. Por supuesto que el jefe de Estado, gobierno y partido. ¿Para qué lo inventó? Creo que para tener un ujier. Ya no un presidente del PRI, un ujier.

Un ujier de armas, si se quiere, pero ujier al fin.

MENOS DE 140. En donde esté convaleciendo, un fuerte y muy cariñoso abrazo a mi querido Meme Garza.

gomezleyvaciro@gmail.com

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