La comunicación digital de Donald Trump no es nada nuevo, pero vaya que se intensificó después de su inesperada victoria electoral. Tampoco ha sido sorpresiva la controversia que rodea el contenido que dispara desde su cuenta de Twitter, @realdonaldtrump, a través de la cual desata polémica. Una fuente ilimitada de crisis, sin duda, en la que su equipo de comunicación o él mismo deberán convertir el peligro en oportunidad.

En semanas recientes, quien hoy asumirá la presidencia de Estados Unidos ha dirigido sus mensajes a personajes del ámbito artístico, como Cher o Meryl Streep; del empresarial, como el presidente de la compañía telefónica TMobile, John Legere; del político, sobre todo a quienes fueron sus contrincantes en el proceso electoral, y por supuesto, a los medios de comunicación a quienes no sólo ha criticado, sino que ha ignorado para comunicarse a través de las redes sociales.

En la arena internacional, los objetivos han sido: China, país al que más tuits ha dedicado, con 440. México ocupa el quinto lugar con 118 menciones, según la organización internacional de radiodifusores y noticias Radio Free Europe/Radio Liberty.

En el horizonte cercano tampoco hay señales de que vaya a dejar de usar Twitter como medio principal de difusión. El 27 de diciembre pasado, Sean Spicer, quien será el secretario de prensa de la Casa Blanca, confirmó en una entrevista que el próximo mandatario utilizará esta red social de una forma en la que no se ha visto antes.

Ante ello son obligadas varias reflexiones el día de hoy que inicia su Administración. ¿Jugará a favor o a su contra el hábito presidencial de tuitear por la mañana para comunicar su agenda y pensamientos? ¿Se seguirá limitando el acceso a los medios de comunicación? ¿El tuit sustituirá un posicionamiento oficial o a un briefing a la fuente presidencial? ¿Qué beneficios o riesgos existen para una administración que elige comunicar decisiones de gobierno sólo por redes sociales?

Hay voces, sobre todo en el sector de la inteligencia estadounidense, preocupadas por sus reacciones y sus redacciones. Al tratarse de la escritura directa del comandante en jefe, puede prestarse para estudiar sus rasgos sicológicos o políticos y utilizar esa información ventajosamente en negociaciones y relaciones bilaterales.

Para el ámbito de la comunicación, sin duda, Twitter es una gran herramienta para que los usuarios obtengan información de primera mano, sin esperar a la publicación, interpretación y posible sesgo de los medios de comunicación, evitando así la interpretación de un tercero.

No obstante, como ya hemos mencionado antes, las implicaciones de los tuits de Trump no han sido menores y en 140 caracteres ha sido capaz de afectar mercados, generar tensiones diplomáticas, redirigir inversiones millonarias y provocar ataques directos de sus detractores.

El presidente electo deberá analizar la pertinencia de mantener la actividad que hasta ayer tenía en redes sociales. Ahora sí, viene la prueba de fuego, no sólo de sus mensajes sino, sobre todo, de sus actos. Tendrá que enfrentar al aparato de gobierno desde la sala Oval, con todo lo que ello implica: asesores de seguridad nacional, el staff de comunicación del Ala Oeste, los jefes de las Fuerzas Armadas, el contrapeso de los poderes y una democracia que es más fuerte y sólida que un mandatario impulsivo.

Con una dinámica de comunicación que le acomoda porque puede decir lo que quiera en el momento que quiera, Donald Trump tiene todos los incentivos para mantener su estilo, con el ánimo de cumplirle a ese electorado que hoy estará festejándolo en el Mall de Washington. Sin embargo, el resto del mundo estará atento. Por lo pronto, desde México la expectativa de esos tuits y sus consecuencias estará presente desde hoy, que asume la presidencia, y con ello un nuevo estilo de comunicación cuyos efectos habremos de ver. Nos queda esperar moderación.

Especialista en comunicación, gestión de gobierno, campañas políticas y opinión pública

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses