El fin del súper ciclo de los commodities, ha significado momentos difíciles y de re acomodos en la industria minera, tales como: quiebras, fusiones y adquisiciones; estrategias segmentadas de inversión; dificultades en la planeación de corto plazo, búsqueda de procesos más eficientes y mantenimiento de la competitividad en el mercado, entre otros.

En 2015, importantes productos mineros experimentaron fuertes retrocesos en sus cotizaciones referenciales y la deceleración de la economía china, más de lo previsto en los últimos meses, ha afectado al crecimiento económico mundial y ha contribuido aún más a la baja en las cotizaciones de las mercaderías. Este hecho, aunado al comienzo de la normalización de la política monetaria estadounidense, ha significado el viraje hacia inversiones más seguras, con la consecuente apreciación del dólar y depreciación de las monedas de los emergentes ante las fugas de capital de sus países.

Las empresas mineras asentadas en México lograron el año pasado mitigar parte de sus menores ingresos por precios alicaídos por el efecto favorable de tipo de cambio en sus exportaciones; sin embargo muchos de sus insumos también al ser importados, terminaron por impactar sus costos, de tal suerte que las empresas o vieron disminuir su utilidad o incurrieron en pérdidas. Desde luego siendo este sector de mucha volatilidad, la planeación debiera estar enfocada en estrategias en función de estas situaciones.

Soportar tiempos de “vacas flacas”; significa esfuerzos por ganancias en productividad para mantenerse competitivos en el mercado, inversiones estratégicas y adecuada evaluación de riesgos: estimación de reservas ecológicas, fluctuaciones en precios internacionales de materias primas, costos de insumos etc., todo ello incidiendo en la factibilidad financiera de los proyectos.

La adversa coyuntura ha truncado el explosivo crecimiento de la inversión extranjera minera en el país, que alcanzó más de los cinco mil millones de dólares en 2013. Sin embargo, las autoridades están previendo que la IED minera en 2016, podría observar un ligero repunte respecto a 2015, cuando ésta totalizó 370 millones de dólares. Esta situación derivada de la recuperación en proyectos de oro, los cuales muestran una mejor perspectiva, que en el resto de los metales.

De hecho, este año es visto por los representantes empresariales del ramo, como uno inercial; esto es, donde se tratarán de mantener proyectos y empresas. La peor parte la han llevado el segmento de las mineras juniors, que atraídas por los altos precios de las materias primas se instalaron en territorio nacional en 2011, en busca de nuevas oportunidades de negocio y ahora muchas de éstas, están al borde de la quiebra. Y para dar viabilidad a su sobrevivencia en tiempos de precios bajos, han optado por fusionarse y poder lograr conjuntar su capital para nuevos proyectos de exploración.

Empero, este año no se prevé que la exploración “en fases tempranas” se recupere, más bien el fondeo se pondrá en etapas de desarrollo y construcción, de forma modesta y con un enfoque de producción de corto plazo. Para las empresas medianas, la inyección de capital se orientará sólo a los proyectos con grados minerales altos o bajos requerimientos de capital para explotación. Tales son las inversiones sistémicas en empresas consolidadas en el país, como, por ejemplo, Grupo México, Peñoles, Fresnillo y Goldcorp. Se está hablando así, de inversiones constantes, pero graduales, con el objetivo de tener la infraestructura, en momentos de mejores precios de las materias primas. Así las cosas, este año no se esperan inversiones de doble dígito en exploración.

Los participantes del sector afirman que el aumento de los impuestos fue un elemento disuasivo de la inversión, pero que existen otros elementos como la inseguridad y la falta de certeza legal que dañan la percepción de las compañías y alejan nuevas inversiones. Para ellos, la deficiente administración de las concesiones y la impuntualidad en el procesamiento de éstas, así como la falta de cumplimientos en los acuerdos territoriales, son elementos que han restado a la atracción de inversión minera, pero también han costado posiciones al país en los rankings globales. La competencia entre países por nuevos capitales y empleo es muy fuerte, y sugieren hacerse cargo de esos elementos que le restan al país

Así, el sector minero nacional enfrenta un importante ajuste ante un escenario de precios bajos, lo que podría durar unos años más.

*Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte

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