Me había estado resistiendo a ver Batman contra Superman porque, siendo honesto, no soy muy fan de ninguno de los dos. Sin embargo, ante la insistencia de muchos de mis amigos que me decían: no le hagas caso a la versión “normal”, sino ve la “extendida”, que es la neta, me la jugué. Así es que la metí al reproductor de Blu-ray y vi, para comparar, primero la cinta que llegó a cines y luego la otra película que viene como especie de superbonus, por la que se rasga las vestiduras Eureka&Co (la chambona agencia de RP que disque maneja las muestras de DVD y Blu-ray de Warner so pena de no dar las siguientes, al que no escriba bien de mucha basura que llega mensualmente) es por la versión de casi dos horas de la cinta, que no sólo es mala sino malísima.
Verla resulta, salvo muy contados momentos llenos, eso sí, de alucinantes efectos especiales, un verdadero suplicio: ambos (super) héroes interpretados por Ben Affleck y Henry Cavill son un par de mam... s de cuidado, arrogantes y engreídos en una historia insufrible, reiterativa, incoherente y excesiva, aparte de una fatiga visual que no se le desea a nadie (y que conste que lo visual es su fuerte). A la mitad de la película dan ganas de sacar el disco del reproductor y tirarlo a la basura. Ya lo sé: los fundamentalistas de la parejita van a decir que estoy loco pero, saben qué: me vale. Zack Snyder ha hecho una película bastante torpe y abusiva que no va a ninguna parte en concreto y que encima parece burlarse de los preceptos que defienden tanto el de Metrópolis como el de Gotham City, en una borrachera de efectos especiales que hubiera rechazado hasta La Roca. Pagar el Blu-ray o el DVD es tirar el dinero. Comprar el correspondiente clon: también.

Lo mismo sucede con uno de los más inimaginables bodrios del año: La Quinta Ola, que nos quisieron vender en cine, como si fuera un blockbuster.
Se trata de una verdadera mamarrachada que pocos se pueden creer, destinada a un público complaciente que, aunque le vendan basura, no se va a atrever a ir a la taquilla del cine a reclamar.
Y los pobres que acaben comprándola en Blu-ray o en DVD, tampoco.
El colmo es que fuera de un tráiler que debería de funcionar como semáforo en ámbar, la película de un tal J. Blakeson, es un ejemplo de cintas hechas en una semana, con una historia de tercera, argumento de invasión alienígena de cuarta, y casi actores de quinta.
Ni las peores película gore-chatarra-previsibles en historia, trama y desenlace, se acercan a esta infumable película, chabacana y tonta hasta en los planeamientos más elementales.
Pero como en México, territorio libre y soberano de impunidad y exento de ningún tipo de castigo ejemplar (como ejemplo: el gobernador Javier Duarte, Roberto Borge y Miguel Ángel Yunes Linares) para que siquiera unos pocos compatriotas abriguen algún tipo de esperanza en la aplicación de la Ley Anticorrupción, este tipo de atentados se dan también en el mundo del DVD y en Blu-ray.


pepenavar60@gmail.com

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