Esta semana Vladimir Putin decidió involucrar a Rusia directamente en la guerra en Siria, generando la posibilidad de un conflicto directo con Estados Unidos.  EU lleva casi un año llevando a cabo operaciones militares en Siria con el objetivo de provocar un cambio de régimen que no involucre al dictador Bashar al-Assad.  La guerra civil en Siria es responsable de la ola de refugiados que está llegando a Europa, y las acciones de Rusia, lejos de mejorar la situación en el corto plazo, la complicará considerablemente.

Putin dice que su intención es atacar a ISIS, el grupo islamista militante que ahora domina gran parte del territorio sirio. Encarar a ISIS también es un objetivo de EU, así que cuál es el problema, dice Putin. Ojalá fuera tan sencillo y las acciones de Rusia fueran un apoyo adicional.  Hoy en día Assad solamente tiene alrededor del 20% del territorio bajo su control, mientras que los rebeldes – a quien EU apoya con asesoría y armas ligeras – e ISIS dividen lo demás.  El régimen de Assad tiene una larga historia de cooperación con Rusia y a pesar de que Putin dice que no está intercediendo a su favor, es claro que su objetivo es prolongar la vida del régimen de Assad, justamente lo contrario de lo que busca EU y una coalición de casi sesenta países aliados.

Francia está emergiendo como el aliado más importante de EU en este conflicto, lo cual es interesante dado las diferencias que tuvieron por la guerra en Irak.  El presidente Francios Hollande ha dicho tajantemente que Assad no tendrá un papel en el futuro de Siria y los franceses pronto empezarán una intervención militar directa en apoyo a la coalición de EU.

El riesgo más grande a estas alturas del partido se concentra en un tema de logística militar.  Si EU y Rusia están llevando a cabo operaciones militares al mismo tiempo, cabe la posibilidad de que haya una falta comunicación que genera un conflicto directo entre los dos.  Pero al mismo tiempo, una coordinación ágil es difícil de imaginar.  Edward Verona, ex-diplomático estadounidense y anteriormente presidente del Consejo de Negocios EU-Rusia, aclara que “Putin no quiere un conflicto directo con Estados Unidos pero sí quiere mostrar su poder y aumentar su esfera de influencia”.  La agresión en contra de Ucrania no le ha salido bien a Putin y la economía de Rusia está contra las cuerdas.  ¿Qué mejor que tomar acciones belicosas en Siria para mostrar el poder y orgullo de Rusia?

Hasta el momento, la reacción del gobierno de Barack Obama ha sido cautelosa y no combativa.  En realidad el poder militar de Rusia no es tan significativo y Putin está sobre extendido, lo cual podría eventualmente provocar su propio derrocamiento.  El presidente ruso no tiene una estrategia clara de salida en Siria, y está apoyando a un régimen debilitado y repudiado a nivel internacional. Cuando un reportero del New York Times le preguntó a un oficial de la administración de Obama qué opina de la intervención rusa en Siria, respondió con la frase sarcástica de “llégale” (knock yourself out).  En otras palabras, Rusia pronto sabrá el alto grado de complejidad que implica  manejar operaciones militares en Siria y no tan fácilmente saldrá ileso.

Directora de McLarty Associates

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