Casi todos los gobiernos de la democracia española han sido los defensores de la libertad. Sin embargo, también han ido dejando hacer que la propia democracia se haya ido desgastando.
El veneno de la corrupción ha sido el principal hacedor del golpeteo obstinado contra la libertad. En tiempos de Felipe González se pueden contabilizar al menos 30 casos de corrupción.

Con José María Aznar tampoco se quedaron cortos. Iban transcurriendo los años y florecían supuestos casos de corruptelas como si fueran setas. Y no sólo en los gobiernos; también en las comunidades autónomas, diputaciones, partidos políticos o sindicatos. En fin, en todo lugar donde había dinero fresco. El problema es que todo ese dinero salía de los contribuyentes y no de los políticos que llegaron a pensar que España se había convertido en un gigantesco latifundio que les pertenecía.

Últimamente han aparecido casos como los miles de millones que eran para cursos de formación de personas desempleadas. Ese dinero se lo quedaban los partidos políticos de Andalucía y los sindicatos. Además, la Junta de Andalucía también estuvo inmersa en estos casos de corrupción.

También el asunto Gürtel o la Púnica en el que medio Partido Popular estaba inmerso a base de sobresueldos que recibían, o pingües negocios a base de comisiones. Ni qué decir tiene el caso de las tarjetas black en las que todos los consejeros de la entidad bancaria Bankia utilizaban estas tarjetas de crédito a discreción sin tener que dar cuentas a nadie, mientras muchas personas llegaron a quitarse la vida cuando la misma entidad les despojaba de sus casas porque no podían hacer frente a la hipoteca.

Es un rosario permanente de despropósitos abonado entre un semillero de población diezmada con casi seis millones de desempleados.

Y entonces apareció el voto de castigo. Podemos, el partido radical y populista, financiado con dinero del chavismo e Irán subió como la espuma. Tanto, que en estas elecciones autonómicas y municipales de mayo, los radicales se hicieron con ayuntamientos tan significativos como Madrid o Barcelona.

La nueva alcaldesa de la capital Manuela Carmena, que procede de Podemos, tiene un grupo de trabajo realmente espectacular. Su vocera, Rita Maestre, apareció desnuda para protestar en una iglesia. Pero ahí no quedan las lindezas. Su consejero de Cultura, Guillermo Zapata, se vio obligado a dimitir tras haber escrito en las redes sociales improperios contra las víctimas del genocidio o contra los que vivieron el terror de ETA. Entonces Carmena provocó su cese y una mujer que lo sustituyó, en cuanto llegó al poder, lo primero que hizo fue para vanagloriarse aduciendo que era lesbiana y feminista.

Nos vamos de Madrid y recalamos en Barcelona. Ada Colau, nueva alcaldesa de uno de los consistorios más emblemáticos de Europa coloca a Águeda Bañón como portavoz del ayuntamiento. Bueno, pues resulta que esta señora dice que fue post-porno —realmente no sé lo que quiere decir— en su anterior profesión. En sus tiempos de ocio le gusta hacerse fotos mientras realiza micciones. Sí, como lo leen. Y para colmo, lo hace en frente de edificios o estructuras emblemáticas. La última que circula por las redes sociales es la de una generosa micción frente a la Puerta de Brandenburgo. Primero llegaron las tropas estadounidenses para salvar la libertad y luego Águeda Bañón miccionando por todos lados. ¡Qué barbaridad!.

Pues ahí están las lindezas de los señores de Podemos. Estos son nuestros representantes en el exterior.

Si esto me lo llegan a decir antes no me lo hubiese creído. Hemos pasado de Guatemala a “Guatepeor”. Lo malo es que en noviembre tenemos elecciones generales. Sólo espero que el próximo presidente no vaya a recibir a un alto mandatario con las gónadas sin tapar. Aunque a este paso…

alberto.pelaezmontejos@gmail.com

Twitter @pelaez_alberto

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