En México, durante muchos años, grupos magisteriales se han apropiado de la educación. Sus dirigentes dejaron la enseñanza de los alumnos en segundo término –si acaso– , y han dado prioridad a la formación de cotos de poder político y económico.

Los impulsores de la reforma educativa de 2013 destacaban que uno de los cambios más relevantes era que el Estado recuperaba la rectoría del Estado. Sin embargo la falta de consenso entre la planta docente, así como apostar a una política de evaluación y sanciones frenó la posibilidad de alcanzar apoyo pleno al proyecto.

Por ese motivo, derogar la reforma educativa (una de las propuestas de campaña) fue una de las primeras acciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El temor de que en materia educativa se retroceda a lo que prevalecía antes de 2013 domina en ciertos sectores… y sus temores parecen tener fundamento.

EL UNIVERSAL informa hoy (http://eluni.mx/0dppzxhbcs) que en Oaxaca la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación emite convocatorias y realiza concursos para entregar plazas, cambios de adscripción y ascensos, pero entre los requisitos que exige está el de haber participado en 80% de los plantones, bloqueos, marchas, manifestaciones y “otras actividades” sindicales.

El sábado pasado, otra información publicada en estas páginas (http://eluni.mx/17gv7y42__) dio cuenta de que la sección 18 de la CNTE, con sede en Michoacán, tiene programado distribuir en 6 mil escuelas de la entidad “sus” libros de texto, un total de 48 títulos: 28 de primaria y 20 de secundaria. Los temas que incluye van de la “conquista y saqueo” de América a Karl Marx y el comunismo, además de la revolución cubana, la revolución sandinista y los grandes monopolios de la televisión. Aspectos más propios de sectores fanáticos que de la enseñanza.

Las acciones anteriores ponen en duda quién tiene el control real de la educación en algunas regiones del país, específicamente en los estados que mayor atraso social presentan.

Será de suma importancia que en las leyes secundarias, a discutirse en septiembre, tras los cambios al artículo tercero constitucional, se definan con claridad los límites de los grupos sindicales. De lo contrario, se profundizará el atraso educativo que caracteriza a Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán, y se cancelará la posibilidad a miles de menores de cambiar su entorno de atraso.

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