Tras el traslado de la locomotora “Petra” desde el Museo de los Ferrocarrileros, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, al Zócalo de la Ciudad de México —con motivo de las actividades conmemorativas por el 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana—, le contamos en este espacio el pasado viernes que la gente se subió a la locomotora pese a que es una pieza de museo. Sin embargo, el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero de la Secretaria de Cultura nos informa que tanto la Locomotora FC 67 “Petra”, como los coches Express NM 7858 y de pasajeros NM 966, de la colección del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, “se encuentran debidamente resguardados por una valla que limita el acceso del público a estas piezas de colección...” Sin duda, estos bienes del patrimonio ferroviario e industrial deben estar resguardados —nadie escribió lo contrario—, sólo que las imágenes del día de fiesta, tomadas por reporteros y usuarios, muestran que el público sí aprovechó la ocasión para tomarse selfies en la máquina; en una de las fotos contamos 21 personas, ahí arriba, de esta pieza de museo.

De Iztapalapa... para el mundo

La alcaldía de Iztapalapa, nos cuentan, se refrenda como el gran bastión de cambio cultural al que aspira la 4T. En ese territorio, en el que habitan más de 2 millones de personas y que ya varios lo han vendido como “la gran reserva para la cultura”, han tenido lugar infinidad de actos artísticos, culturales y de concientización social que no han alcanzado a llegar a otras demarcaciones. Muchos se preguntan cómo le hizo la alcaldesa Clara Brugada para que un solo día, el sábado, conjuntará tres eventos masivos: la inauguración del Tendido de libros, con Paco Ignacio Taibo II como artífice; la inauguración del Festival Democracia y Derechos Humanos, que tuvo a John M. Ackerman, como principal orador, y el concierto de la española Buika. Todo en un sólo día y en una sola alcaldía.

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