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A finales de 1999, el filólogo español Juan Casamayor, junto con Encarnación Molina, fundó Páginas de Espuma, un proyecto editorial dedicado 100% al cuento; pronto esa editorial con sede en Madrid se convirtió en una referencia del relato breve en español y a dos décadas ha conformado un catálogo de alrededor de 350 títulos de 90 autores vivos, entre los que destacan Andrés Neuman, Samantha Schweblin, Antonio Ortuño, José Ovejero, Fernando Iwasaki, Ignacio Padilla, Guadalupe Nettel, Clara Obligado, Edmundo Paz Soldán y Ana María Shua, y muchos otros.

Sin embargo, Páginas de Espuma ha ido más allá, ha apostado también por los clásicos y ha consolidado una colección con los cuentos completos de autores como Fiedor Dostoievski, Mary Shelley, Emilio Salgari, Horacio Quiroga, Fernando Pessoa, Honoré de Balzac, Emile Zola, H.P. Lovecraft, Henry James, James Joyce y Arthur Conan Doyle. Se trata de obras completas, muy cuidadas, editadas en pasta dura, con traducciones nuevas, que superan las mil o mil 200 páginas.

A punto de cumplir dos décadas de vida la editorial de Juan Casamayor (Madrid, 1968), el célebre editor de libros de cuentos hace un balance de esta editorial que tiene joyas literarias que ha recuperado, como la colección completa de cuentos de Edgar Allan Poe, en la valiosísima traducción de Julio Cortázar prologada por Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa; o la edición de los cuentos completos de Guy de Maupassant al cuidado del doble premio Nacional de Traducción, Mauro Armiño; o el proyecto de cuatro volúmenes que recogen las narrativa breve completa de Antón Chéjov a cargo del editor y crítico literario español Paul Viejo.

Sus méritos son muchos, el principal es su devoción por el cuento y tener escritores clásicos junto a escritores contemporáneos, autores españoles y autores latinoamericanos, talentos consagrados y talentos noveles. “Les hemos dado espacio a autores que publican su libro de cuentos por primera vez y que son poco conocidos, pero también sumamos autores muy importantes que decidían publicar sus novelas en grandes grupos, pero los cuentos los querían publicar en Páginas de Espuma; eso fue haciendo fuerte al catálogo”, señala Casamayor.

El fundador de la editorial independiente —que publica entre 16 y 18 libros al año con tiradas de entre los 2 mil y los 5 mil ejemplares por título— dice a ELUNIVERSAL en entrevista telefónica desde Madrid que su gran reto es crear ese catálogo donde unos autores conversan con otros, unos libros llaman a otros libros y definitivamente hacen que el proyecto sea viable y visible.

“Algo muy importante ha sido la consolidación de toda nuestra presencia en Latinoamérica, especialmente imprimiendo en México y Argentina desde 2010, y a partir de este año en Colombia; también es importante la existencia del Premio Ribera del Duero, vamos en la sexta convocatoria de un galardón que es referencia en la literatura en español para todos aquellos que escriben cuento. Han sido decisiones trabajadas, editadas y enfocadas sobre todo a que la editorial vaya creciendo en ese catálogo y que cada vez el género del cuento disponga de más estructura“, afirma el editor.

Larga vida a un género breve. Juan Casamayor tiene clarísimo que la consolidación lograda por Páginas de Espuma tiene que ver con la excelencia que vive el cuento en español. “Hay unas propuestas de narrativa breve fundamentales muy especialmente trabajadas por las escritoras, es un fenómeno real y hay que valorarlo y agradecerlo”.

El editor que en 2017 recibió el Homenaje al Mérito Editorial de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara asegura que en estos 20 años ha habido un crecimiento en la calidad del cuento en español, y que no solo hay muy buenos cuentistas, también muy buenos lectores.

“Es un género tan colindante con otros géneros, tan flexible en propuestas y abierto en estéticas que es un género en constante evolución y revolución, un género en constante experimentación y trabajo. Tiene un matiz de libertad que le hace ser profundamente literario. En estos últimos 20 y hasta 30 años, el cuento ha roto sus propias costuras. Los escritores y las escritoras han decidido explorar y merodear los reinos colindantes del cuento, hacer una literatura mestiza, un umbral de intercambio de géneros y ensanchar las fronteras de los géneros”, dice.

Casamayor no deja de sorprenderse con las obras de autores que le mandan sus manuscritos, ni con otros autores a los que lee aunque no habiten Páginas de Espuma; asegura que cada vez es más común que puedas leer un libro de cuentos y cuando termines quedes con una estructura realmente de novela en la cabeza y que puedas leer libros de cuentos que rozan la prosa poética, “cada vez más tienes cuentos realistas y tienen cuentos fantásticos, tienes cuentos carverianos y cuentos barrocos y cargados de una sintaxis complicada. Esa la maravilla de este género”, afirma.

Esa amplitud de un género que se caracteriza por la brevedad y la contundencia marca el catálogo de Páginas de Espuma, la editorial que trabaja con cinco personas en Madrid, pero con una amplia cartografía de distribuidores en toda América Latina, una editorial que ha tenido un crecimiento y evolución pausada, pero con un ritmo seguro, “creo que hemos cometido más aciertos que errores. Páginas de Espuma tiene lectores fieles y exigentes, siempre hemos meditado los pasos, desde los más pequeños hasta los más grandes”.

Así han creado también una colección de ensayo literario, donde caben memorias, diarios, biografías, autobiografías, libros de viaje y epistolarios de autores como Dostoiesvki, Ionesco, Marías, Quiroga, Wharton, Stevenson, Schowb, Buñuel, Twain, Bloom, Dickens y Doyle.

Páginas de Espuma celebrará 20 años trabajando, concluirán la trilogía de James, así como un conjunto de ensayos de Antón Chéjov y trabaja los dos últimos tomos de la trilogía de ensayos de Allan Poe, que nunca se había hecho. “¡Qué vengan todos los años que tengan que venir, mientras la salud nos acompañe”, dice Juan Casamayor.

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