Como cada sábado, el Bosque de Chapultepec se llenó desde temprano con familias, parejas y amigos que, enchamarrados, se detenían en los puestos de palomitas, algodones, bolsas y huaraches. Los más atrevidos se subían a las lanchas de renta y pedaleaban sobre el agua a un costado de Reforma, donde la mañana transcurría de otra manera pero ambos compartiendo el ambiente gris que los últimos días ha reinado en la Ciudad y en varias partes de México gracias a la tormenta tropical Lidia.

Cuando un padre de familia vio, camino al zoológico, la enorme fila que rodeaba gran parte del Bosque en dirección a la Casa del Lago preguntó a un policía, volvió con su familia y contó "Que va a haber un concierto de una artista dicen" y sin mayor curiosidad siguieron su camino.

En efecto, dos mil personas esperaban desde hacía varias horas para poder entrar a lo que se anunció como una lectura en voz alta del poema Hetacomb de Patti Smith —en su propia voz— acompañada por Lenny Kaye en la guitarra, pero que terminó siendo una experiencia esperanzadora, un grito de ánimo, un concierto entrañable en el estuvieron presentes los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en el que estuvo su gran amor, Fred 'Sonic' Smith y también la Patti que se enamoró de México a los 16 años por culpa de Diego Rivera , la que visitó el país a los 22 y la que hace tres años durmió en cama del muralista mexicano por una anécdota muy particular. Para muchos también fue un descubrimiento, llenar el corazón.

Cuando se dio el acceso al lugar poco después de las doce del día, la gente se dirigió a una carpa escuchando las instrucciones: ser respetuosos, no fumar y acudir a las personas de chaleco naranja en caso de alguna emergencia. Muchos de los asistentes traían guitarras, libros o discos de Patti. Algunas parejas traían a sus hijos. En cuanto el reloj marcó la una, Patti y Kanye aparecieron en el escenario tranquilamente y después de decir Hola México en español ella recitó una estrofa de People have the power.

"I was dreaming in my dreaming/ of an aspect bright and fair/ and my sleeping was broken/ but my dream it lingered near/ In the form of shining valleys/where the pure air recognized/ and my senses newly opened/ I awakened to the cry/ that the people/ have the power to redeem/ the work of fools upon the meek/ the graces shower it's decreed/ the people rule...".

La gente la escuchaba silenciosa, por momentos sosteniendo cámaras y alzando la voz cuando Smith decía, firme, que la gente tiene el poder.

Contó, con un sentido del humor inocente y despistado de su espectacular inaugurado en la calle Sonora, acompañado de un número en el que, al llamar, te contesta ella misma con un poema. Luego leyó un fragmento de su libro Just Kids, nacido de su experiencia a finales de los 60 con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, cuando fueron a la 42 Street a ver un espectacular hecho por Yoko Ono y John Lenon sobre la guerra. Al tomar el libro soltó un "Ay no, perdí la hoja" provocando la risa de todos, "fui muy organizada, ah, ya lo encontré" dijo y describió su experiencia al ver aquella pared color blanco en donde se leía "War it's over, if you want it, happy Christmas from John and Yoko". En seguida cantó Wing creando una vibra distinta en el lugar.

Después hizo una pausa y habló de uno de los hechos que han conmocionado a México y el extranjero, la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

“A las madres y padres que perdieron a sus hijos, 43 estudiantes en 2014, nosotros los recordamos y siempre los vamos a recordar a los estudiantes y siempre vamos a recordar a toda la gente que ha desaparecido de pronto por fuerzas terribles no podemos traerlos de regreso pero podemos mantenerlos en nuestros corazones”.

Sin tomar la guitarra, a capela, versionó la canción de U2, Mothers of The Disappeared, recalcando con su voz que “escuchamos su corazón latir”. Al terminar cantó Ghost Dance.

Recientemente, contó a la audiencia, estaba viendo los murales de Diego Rivera y un color llegó fuertemente hacia ella, por lo que decidió hacer en ese momento un poema al que llamó Red Song. Aunque siempre viste lo mismo en sus conciertos, Patti decidió que el sábado era buen día para cambiar el color y vistió una blusa roja en honor al poema recién nacido.

Dormir en la cama de Diego.

Desde niña se enamoró de Diego, Frida y de Tina Modotti, por lo que hace tres años cuando vino a México se prometió ir a la Casa Azul y lo cumplió, lamentablemente cuando fue también sintió lo que ella misma reconoció como “la venganza de Moctezuma” y muy enferma del estómago recibió la ayuda de las mujeres que trabajaban en el lugar, lo que provocó algo inimaginable: la recostaron en la que fue cama de Diego Rivera. “Diego no estaba ahí", dijo bromeando y agregó en el mismo tono:

“Nunca pensé, cuando tenía 16, que iba a estar durmiendo en la cama de Diego Rivera”

Recordó también que la cama de Frida, especial para su cuerpo, tenía un techo de mariposas que ella podía ver al estar recostada, “Entonces vino esta canción a mí que no puedo recordar porque la escribí y se la di a las mujeres del lugar que me ayudaron. Pero ahora que volví fui otra vez a Casa Azul y encontré la canción en una de las paredes”, dijo agradeciendo todo lo que México le ha dado, todos los colores, las experiencias, la poesía y las canciones, y por supuesto, un mole delicioso –aunque sufra las consecuencias estomacales–. Recitó a todos el poema Naguchi’s Butterflies como una canción de cuna coreada por todos.

Con tantas historias, lo que había sido el motivo del encuentro, Hetacomb, estaba casi olvidado y Patti lo trajo al escenario cuando dedicó una canción al autor de Los Detectives Salvajes, de Roberto Bolaño, e invitó al escenario a Juan Villoro para que leyera la traducción al español del poema (hecha por Ezequiel Zaindenwerg).

Villoro, bromista, dijo que quien necesitaba ayuda médica era él porque no podía creer estar ahí con Patti Smith. Antes de leer Hetacomb recordó al chileno y aquellos cafés con leche del Café La Habana en el centro de la Ciudad de México, donde se reunía con su gran amigo Mario Santiago Papasquiaro. Enfatizó la importancia de México para Bolaño, de ahí que Patti y Kaye eligieran este lugar para integrarlo a su gira. Fue en el Café la Habana –donde actualmente Patti expone una serie de fotografías– donde nació Pista de Hielo y La Casa del Lago fue un lugar de visitas constantes en los 70.

“Roberto recuerda esta época donde varios escritores nos hicimos la promesa de no ser cobardes ni caníbales. Luego le preguntaron a Roberto cuál era el mayor atributo que debía tener un escritor y él dijo que la valentía”.

Roberto, dijo Villoro, fue de esos, de los valientes.

En la recta final del encuentro, Patti cantó Dancing Barefoot y otras canciones a la gente. Antes de irse agradeció estar en México nuevamente y en el marco del día de la Independencia celebrado el próximo 16 de septiembre pidió al público amorosa y contundentemente

“Usen su voz, no necesitan un Día de la Independencia, ustedes siempre han sido libres, no lo olviden”.

People Have The Power sonó en el lugar y tras decir adiós desapareció en un pequeño camerino verde. Muchos se arremolinaron alrededor esperando una firma o una foto hablando mientras tanto de sus mejores momentos del concierto. Ahí estaba Xóchitl Pérez, una estudiante que conoció a Patti gracias a un maestro de inglés que la acercó al poema Judith, con el que se identificó plenamente.

“Todo lo que vivimos fue algo mágico e inesperado, pensamos que sólo iba a haber una lectura pero vi las guitarras y pensé en que sería otro tipo de performance, con música y poesía como ella acostumbra. Muy poderoso el mensaje hoy día que estas canciones dan un aliento, un impulso para seguir. Llenó mi corazón” compartió.

Daniel Vargas y Andrea Rolón, originarios de Guadalajara, agradecieron este tipo de encuentros gratuitos que ayudan a que más gente joven conozca a Patti. “Yo he sido seguidor de Patti desde la secundaria y me emocioné mucho, es un icono de la cultura”, dijo y Andrea agregó, sosteniendo sus libros favoritos de la autora:

“Me gusta que sepa de la situación que se vive en México, que haya dicho que en Nueva York (el 15 de septiembre) le va a dedicar una canción a los mexicanos en respuesta a las actitudes de Donald Trump”.

Poco a poco la gente se fue dispersando. Salir de la Casa del Lago fue salir de una pecera y caminar nuevamente entre los vendedores de burbujas de jabón, peluches y dulces, pero con algo en mente: que la gente tiene el poder.

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