Elisa Carrillo

lleva una vida de disciplina “porque el cuerpo es la herramienta de trabajo de los bailarines” , y más que someterse a dietas rigurosas o hacer una sola comida al día, cuida su cuerpo tanto como su espíritu. Así compagina su vida profesional con el ejercicio de la maternidad responsable.

La primera bailarina consideró una bendición su maternidad. “Mi hija Maya Elisa, de tres años me ayuda a olvidarme de cualquier problema o situación adversa, y a saber que todo va a estar bien. Es lo más bello que me ha pasado en la vida: Me levanto temprano porque quiero dedicarle la mañana hasta que me voy a trabajar para después regresar con ella”.

Elisa relató que juega y come con su hija porque le interesa pasar tiempo de calidad. Cuando Maya Elisa se va a dormir, la bailarina inicia nuevas horas de trabajo.

“Retomo la comunicación con México para atender las actividades que tengo con la Compañía Nacional de Danza y una serie de eventos más. Tengo una vida nocturna que me permite más tiempo con mi pequeña”, respondió la víspera en entrevista con Notimex, luego de presentar en el Auditorio Nacional el “Danzatlán. Festival Internacional de la Danza”.

Ese ritmo de trabajo, destacó, requiere de disciplina también en materia de alimentación. “Es muy sana. Lo mejor es tener una alimentación balanceada y comer de todo, hacer mucho ejercicio físico y tener actividad . Evito las bebidas gaseosas y mucha azúcar, lo que me permite, de pronto, darme un gusto, como un helado o un chocolate”.

Respecto a su actividad profesional, comentó que con los años la danza ha evolucionado. Ahora hay más danza contemporánea, danza-teatro y otras variantes, no solamente clásica.

“En Europa, las primeas bailarinas siguen con grandes roles hasta los 42 o 45 años, aunque algunas desvían sus carreras hacia papeles especiales. Trabajo no falta”, aseguró Carrillo, quien lucía una figura esbelta.

Segura de sí misma, con voz fuerte y clara, sostuvo que hoy vive el mejor momento de su carrera. No sabe exactamente en qué año va a terminar su carrera, pero sí está convencida de estar en la mejor etapa de su vida. “Sé que hay roles que a cierta edad ya no deberé hacer, y otros que para hacerlos me faltan dos o más años de maduración”.

En busca de un equilibrio físico, mental y emocional, Elisa Carrillo tiene como medio de relajación y pasatiempo la lectura. Hace unos días comenzó a releer “El amor en los tiempos del cólera” (1985), de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982. “Me encantan las novelas, la ópera y las exposiciones, y disfruto caminar y admirar los paisajes”, comentó.

La bailarina mexicana considerada más famosa en el mundo señaló que el ser humano tiene la capacidad de ser feliz aún en las circunstancias más adversas y en los sitios más complicados para vivir. Por esa experiencia que le tocó vivir en el inicio de su carrera, se declara feliz, tras superar esos momentos difíciles.

Dejar a su familia y a su país, es de las cosas más difíciles que ha enfrentado a lo largo de su vida privada y profesional. “Pero la constancia y el esfuerzo del día a día, a pesar de despertar con dolores en el cuerpo, con alguna preocupación en la cabeza o una tristeza en el alma, no ha sido obstáculo para agarrarme de la barra y trabajar con fe”.

La primera bailarina del Staatsballett Berlin (Ballet Estatal de Berlín) y difusora de la cultura mexicana en Europa, actualmente con residencia en Berlín, recibió hace unos días el Premio Nacional de Rusia “Alma de la Danza” 2019. La cotizada presea es otorgada por el Ministerio de Cultura de la Federación Rusa y los editores de la revista “Ballet”.

“Aprender otro idioma y otras tradiciones, y lo más importante, aprender a ser feliz en otro lugar, eso es algo que mucha gente a veces no hace. Yo sí. Sé que uno puede ser feliz en dónde sea y aunque siempre en el corazón se puede extrañar a la familia y a México, debemos tener capacidad de adaptación, de disfrutar la vida y de ser de felices”, subrayó.

Elisa Carrillo explicó cómo es la vida de una bailarina mexicana en Berlín.

Su día a día es como el de cualquier persona. Se levanta, desayuna, lleva a su hija Maya Elisa de tres años de edad a la guardería, y enfila hacia su trabajo. Fuera del teatro lleva una vida normal. Da a su profesión y a su familia su espacio y tiempo.

“Hace un par de meses que estoy en la Compañía Nacional de Danza, y al terminar mis labores diarias con la compañía, dedico el tiempo necesario a la Fundación Elisa Carrillo A. C., de México. Últimamente no duermo mucho, pero es una bendición tener muchas cosas qué hacer; mientras esté viva aprovecharé para hacer cosas… ya descansaré en el futuro”, indicó.

akc

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