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Teatro de la Danza

del Centro Cultural del Bosque iniciará un nuevo ciclo de su historia de casi medio siglo.

A partir del próximo miércoles 13 de junio llevará el nombre de Guillermina Bravo (1920-2013), una de las máximas figuras de la danza nacional: , así lo informó el INBA en un comunicado.

Dicho nombramiento trae consigo dos reconocimientos importantes, por un lado, a una mujer que fue crucial en el desarrollo de la danza nacional, y por otro, a un recinto que e ha posicionado como un espacio emblemático del quehacer escéncio de nuestro país.

Con el acto protocolario, en el que participarán autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes , INBA, así como amigos y colegas de la bailarina, coreógrafa y maestra veracruzana, se renombrará como Teatro de la Danza Guillermina Bravo , rindiendo así un tributo permanente a quien se ganó el sobrenombre de la "Bruja de la danza", por todo el legado que dejó a este arte en México.

Que este recinto lleve el nombre de Bravo no es casualidad, ya que ha sido un referente dentro del movimiento escénico en México.

Hablar de la maestra Guillermina Bravo es referirse a un ícono de la cultura mexicana. Dejó una huella imborrable y un legado difícil de superar. Larga es la lista de logros y legados que dejó tras su muerte, ocurrida en 2013, cuando tenía 92 años de edad.

La Escuela Nacional de Danza fue testigo de sus pasos iniciales; ahí realizó sus primeros estudios de danza clásica, moderna y vernácula. Sin embargo, fue Waldeen, reconocida bailarina norteamericana, quien descubrió su talento y la invitó a participar en el Ballet de Bellas Artes.

Uno de los grandes aportes de la maestra Bravo se dio justamente en el ámbito de la docencia. Siempre estuvo convencida de la importancia de profesionalizar al bailarín. Cuando el INBA se creó por decreto presidencial, ella, junto con Ana Mérida, organizaron y dirigieron la Academia de la Danza Mexicana, cuya enseñanza incluía el estudio libre de las técnicas autóctonas y de la danza moderna.

Sin lugar a duda, la máxima plataforma que utilizó para transmitir su conocimiento fue el Ballet Nacional de México, que fundó en 1948. Si bien esta agrupación fue desintegrada por decisión de su fundadora, ha pasado a la historia como uno de los máximos centros de enseñanza de danza moderna y contemporánea del país.

La maestra Bravo mantuvo su espíritu de formar a nuevas generaciones de bailarines a través del Colegio Nacional de Danza Contemporánea, ubicado en Querétaro. Ha sido de las principales alternativas educativas en México y Latinoamérica para los jóvenes interesados en desarrollarse profesionalmente en la danza contemporánea.

Fue una mujer constantemente galardonada. Sobresalen el Premio Nacional de Ciencias y Artes y el doctorado honoris causa de la Universidad Veracruzana. También fue miembro de honor de la Alianza Mundial de la Danza-Américas (World Dance Alliance-Americas).

akc

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